Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Lo Extraordinario de lo Cotidiano

Adicta a los encuentros

Por Gladys Villalobos*

“Uno siempre vuelve a los viejos sitios donde amó la vida”, nos dijo Chavela Vargas en “Las simples cosas” y no lo repite cada vez que su música sirve de fondo en tardes de hogar, en momento de soledad, de compañía, en viajes por carretera o noches de amigos. Hay melodías que siempre vienen bien.

Los sitios pueden ser físicos o mentales, emociones o recuerdo. Pueden ser lugares, pueden ser personas, lo cierto es que, en saludable juicio, volvemos a donde fuimos felices, donde nos sentimos bien recibidos, donde sentimos pertenencia, donde sentimos paz, gozo; volvemos a donde tenemos un lazo, cosas en común. Volvemos a donde nos gustó la versión de nosotros, a donde disfrutamos lo recibido y a donde el dar nos nutre.

En las estéticas, uno va con un estilista. Si la persona de nuestra preferencia cambia su ubicación a otra estética, regularmente uno lo sigue. No vas a un lugar, vas con una persona, vas con quien te gusta el resultado de su trabajo. Esta semana recordé esta teoría personal a razón de una situación bastante incomoda.

Imparto una clase de pilates en un negocio local. La recepcionista me invitaba a no llevarme a las alumnas a otro lugar porque “eran de ahí”. Con sus palabras, anulaba su libre albedrío, su condición de mujeres adultas, inteligentes que pueden decidir lo que resulte más conveniente acorde a sus deseos y necesidades. Sus palabras fueron el resultado de la desesperación.

Ellas externan y yo lo observo, su disfrute por la clase, lo que aprenden de ellas y como ejercitan su cuerpo y su mente, su paciencia y coordinación. Solicitan clase 2 veces a la semana, actualmente les imparto una. No coinciden mis horarios disponibles con los del negocio en mención ¿Es éticamente correcto que yo les informe derivado de su pregunta e interés en que otros lugares imparto clase habitualmente?

Retomando las enseñanzas de Chavela, desde hace tiempo me reconozco adicta a los encuentros. Ese momento previo, con la emoción desbordada, la confianza de ser bien recibida, de la calidez del vínculo, de la disposición para que suceda. La tranquilidad que otorga el afecto y el sentimiento honesto. El tiempo entregado al otro, que valoro porque como bien sabemos, es lo único que no podemos recuperar.

Después de algunos años, hace días viví el regalo de compartir vida y tiempo con personas que habitan mi corazón. Coincidimos en tiempo, forma y ganas con la fluidez que otorga el amor y la amistad que trasciende al tiempo y la distancia. En esencia somos los mismos, tal vez corregidos, evolucionados o aumentados, el gozo se mantiene y lo común, va mucho más allá que solo el pasado.

 “Lo Extraordinario de lo Cotidiano”, un espacio donde cada día es un motivo. Valoro tu tiempo.

*Cachanilla de nacimiento, comunicóloga de profesión, amante del cuerpo por vocación. Crecí análoga, me convertí digital. Asesora en Comunicación, Redactora de Contenidos, Fotógrafa. Instructora 450PMA Pilates/ 200RYT Yoga. Mi sitio: gladysvillalobos.wordpress.com/ Contacto: [email protected]