Inconformidad y abusos en el campo
El proyecto del presidente Andrés Manuel Lopez Obrador para impulsar el desarrollo de las actividades productivas del país, en el sector primario, está resultando inoperante para la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y conflictivo para el Jefe de la Nación.
Y es que, la visión apoyos y precios de garantía, para atender y beneficiar prioritariamente zonas consideradas como marginadas y de alta marginación, se aplican sin distingo a lo largo y ancho de la república, afectando a productores de buenos y altos rendimientos, por las limitaciones en la normatividad para su aplicación.
Si a eso le agrega el desmantelamiento de las instituciones del estado y el silencio de los funcionarios centrales del gobierno federal, por miedo a no coincidir con algún pronunciamiento mañanero del Jefe de la Nación.
Sucede lo mismo con aquellos individuos que se quedaron al frente de las dependencias en los estados dela república, quienes no abren la boca por temor a quedar mal con sus jefes, con el súper delgado estatal y, en el caso de Baja California, con el gobernador electo, o con aquellos que se supone estarán al frente de la coordinación y/o promoción del desarrollo del campo.
Lo curioso es que, en el valle de Mexicali, hay tenedores de la tierra -aun cuando no productores y menos buenos agricultores- que, a la llegada de los gobiernos de Acción Nacional encontraron la forma de presionar dizque en busca de beneficios colectivos, pero al final se llevaron buena tajada.
En la pasada campaña política, en complicidad de funcionarios con aspiraciones de ser tomados en cuenta por Morena, surgieron varios ganones que logran embaucarlos con proyectos irrealizables, pero obtuvieron algunos créditos, a todas luces irrecuperables, situación que les inquieta, tanto al otorgante como al receptor.
Lamentablemente, al calor de las campañas, la ambición y la posibilidad de continuar incrustados en las nóminas oficiales no permite medir las consecuencias, como le ocurrió al titular dela Financiera Rural, lo que le llevo a ser destituido, pero podría tener alguna responsabilidad consecuente a su gestión, a menos que tenga la protección oficial.
Los manejadores de membretes del campo, surgidos al calor de la política, continúan insistiendo en las carteras vencidas, en financiamientos, pero ninguno muestra proyectos sustentables para impulsar el desarrollo de las agricultura o la ganadería, por regla general buscan apoyos federales a fondo perdido y en ocasiones con el aval de funcionarios estatales.
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