Entre Los Surcos…

Campañas fitosanitarias

Por César Villalobos López

Sin duda alguna, los avances tecnológicos y las exigencias en la inocuidad alimentaria sustentan todo tipo de campañas Fito u Zoosanitarias que, por regla general se manejan en forma discrecional, dando pie al surgimiento de negocios, como laboratorios y empresas fumigadoras, de altos funcionarios de la federación, del estado o de los directivos de organismos.

El mejor ejemplo lo tenemos en Baja California, en especial, en Mexicali, donde la gerencia del Comité Estatal de Sanidad Vegetal canceló la operación del laboratorio que por años fue apoyo para la producción agrícola.

Lo bueno es que ese servicio no desapareció, ahora lo proporcionan empresas particulares, una que otra de altos funcionarios de oficinas de SENASICA y las operan con prestanombres, a ciencia y paciencia de funcionarios estatales que, por su silencio se convierten en cómplices de la corrupción, pese a que se rasgan las vestiduras presumiendo honestidad.  

Los Sistemas Producto han sido utilizados por entes del gobierno federal y estatal como justificadores de la aplicación de algunos programas cuyos resultados positivos no se observan en mejores rendimientos, ni en la reducción en los índices de infestaciones de malezas, plagas o enfermedades del suelo, simplemente porque no se trabaja en ellos.

Encargados de la conservación de inocuidad y la sanidad se han convertido en mandaderos de algunos sectores empresariales y han dejado de cumplir su compromiso de buscar que al consumidor en general, no solo a una elite, lleguen productos con garantía de calidad y sanidad.

Si volvemos los ojos hacia los procesos de clasificación de productos lácteos, avícolas o de bovinos, la indiferencia oficial es enorme, en beneficio de los industriales de cada rama, porque no existe desarrollo en la avicultura, en la ganadería de lechera y cada día se presiona mas a los criadores de ganado a vender a castigados precios que no se reflejan en la venta al público.

Todo esto, a ciencia y paciencia de los funcionarios estatales que, en su momento ofrecieron al Francisco Vega de Lamadrid apoyarlo para “ser el mejor gobernador que jamás ha tenido Baja California”.