Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Editorial…

A río revuelto

El nuevo aeropuerto internacional de la Ciudad de México, es, sin duda alguna, uno de los temas más controvertidos de los que está enfrascado el presidente electo, Andrés Manuel Lopez Obrador, dando la impresión de que pretende lavarse las manos en cualquier decisión que se tome respecto a la continuidad o cancelación de la obra en el Lago de Texcoco.

Al margen de las opiniones de su próximo Secretario de Comunicaciones, se senadores, diputados y de los macheteros de Atenco que ya hicieron acto de presencia oponiéndose a la construcción del nuevo aeropuerto, una buena parte de los ciudadanos considera que debe de ser el presidente electo quien asuma la responsabilidad de una determinación, en base a estudios serios sobre la operatividad y consecuencias económicas, de su cancelación o no.    

Hay quienes consideran que, desde su campaña proselitista, Lopez Obrador, en su oposición a la obra iniciada por el presidente Enrique Peña Nieto, dio señas de una identidad con el empresario Carlos Slim, a quien ahora menciona como cabeza de un grupo empresarial al que se le podría concesionar la ejecución y operación de la obra, sin inversión de recursos públicos.

En el programa Tercer Grado, de Televisa, el miércoles por la noche se preguntó cuál sería la reacción si en este momento, el presidente Peña Nieto anunciara en forma directa una adjudicación de esa naturaleza al mismo Carlos Slim.

En el mismo programa se cuestionó la versión del presidente electo sobre el despido de un mando militar que les proporcionó información sobre la base militar de Santa Lucia, considerándose que en el equipo del presidente de México a partir del 1 de diciembre, hay quienes le pudieran estar engañando

La pregunta quedo en el aire.

Las respuestas igual 

Lo que parece una vacilada o pretensión de tomada de pelo a una parte de la población, es la consulta o encuesta popular para que sean los ciudadanos quienes opinen y determinen si se continua la construcción, o no, del aeropuerto en el Lago de Texcoco y es que, el resultado de esa acción puede tener un resultado manipulado, ad hoc, al deseo del presidente electo.     

Lo que resulta aberrante es que el expresidente Vicente Fox Quezada, quien en su sexenio fue sometido por los macheteros de Atenco y ahora se pronuncie a favor de que el presidente electo les ignore y continúe la obra del aeropuerto tomando una determinación de su responsabilidad.