Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Editorial…

Agua, mito y realidad

Lo relacionado con el agua del río Colorado y la extraída del acuífero del valle de Mexicali y San Luis, ha sido un tema muy manoseado con una tendencia opositora al aprovechamiento del líquido para actividades industriales, especialmente para la elaboración de cerveza.

Una realidad que no se puede negar es la sobreexplotación del acuífero, ahora es reconocida por los usuarios del agua, mismos que irresponsablemente han extraído volúmenes mayores a los autorizados, por la omisión o la corrupción del organismo de cuenca cuyos funcionarios han soslayado su responsabilidad como rector en cuestiones de agua.

Esto ha ocurrido principalmente en pozos particulares, en los que, en el pasado, la entonces Secretaría de Recursos Hidráulicos colocó medidores que fueron dañados por los agricultores acostumbrados a sembrar mayores superficies a las podía regar con el volumen autorizado. Lo mismo sucedió en pozos del plan federal.   

La ausencia de controles efectivos en la extracción del agua ha sido una constante, pero acentuada a partir de la creación de la Comisión Nacional del Agua y la desaparición del Comité Directivo Agrícola, organismo donde aprobaban las cedulas con superficie de cada cultivo, en base a la disponibilidad de agua en cada una de las seis unidades y el derecho de riego de los usuarios.

En ese entonces, para no sobreexplotar el acuífero se llegaron a aprobar entre 14 y 18 hectáreas de siembra por cada permiso de riego para 20 hectáreas, dependiendo el cultivo a establecer y su consumo de agua, resultando los más castigados los de alfalfa y de algodón.

El problema no es exclusivo de la zona de pozos, se extiende a las tierras regadas con agua rodada, en donde a falta de compuertas de medición, los canaleros y los usuarios utilizan el “tantiometro” para calcular el volumen entregado y recibido.

Por deficiencia operativa de la red mayor y de los módulos de riego, los volúmenes de agua programados no corresponde a los entregados, por lo cual, los usuarios nunca tienen la certeza de la oportunidad en el agua para mantener la humedad adecuada en su cultivo.     

Sobre las condiciones del acuífero, el maestro Jorge Ramírez Hernández, investigador del Instituto de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC, tiene razón cuando afirma: “El acuífero tiene un problema muy serio, ya que no hay medición de la cantidad de agua que se extrae de ahí”, en referencia a que no se puede dimensionar con certeza los niveles de extracción de agua del acuífero.

“Ningún agricultor que use un pozo tiene un medidor volumétrico, ni los privados, ni los federales, nadie sabe cuánto se extrae” y agrega: “En los últimos años se ha visto reducido el ingreso de agua al acuífero, de pronto entra menos”.

“De repente a tu central le quitas esa cantidad, pero tú no sabes cuánto le estás sacando, no sabes cuánto estás bombeando de agua y nadie quiere medirse; no sé si porque sacan más o sacan menos, pero no sabemos”, agregó al respecto. 

“A los modelos que hemos hecho les falta esa variable, por lo que se realizan en base a números inferidos”, por ello la propuesta de monitorear los volúmenes que se extraen y establecer una política estatal, toda vez que las instancias federales, en este caso la Comisión Nacional del Agua (Conagua), “no tienen la capacidad operativa para hacerlas”.

En tanto no se tenga un control de las extracciones de volúmenes del acuífero y las mediciones del agua rodada que se recibe del río Colorado no tenga un sistema de medición, las versiones de quienes vaticinan un colapso agrícola, seguirán siendo un mito.

Lamentablemente el mito, propalado irresponsablemente por algunos que se dicen estudiosos y con gritos pretenden imponer su criterio, otros lo hacen en busca de vigencia en el tema y otros más por ignorancia, a partir de que jamás han utilizado el agua para cultivar la tierra, mientras otros, como directivo de modulo se queja de un retraso de 15 días en el riego de su cultivo, por falta de agua, dejando ver su ineficiencia, la que no solo le afecta en lo personal, sino a todos los usuarios que integran la asociación civil, no resuelve nada pero si confunde y desorienta a quienes no conocen.    

Lo más grave es que la mente de los ciudadanos está más abierta a la absorción de lo dicho por quien critica y ataca, que aquello expuesto por quienes pretenden orientar, pero al final, el tiempo dará la razón a quien la tenga y pondrá a cada quien en su lugar.