El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dejado en claro que no está a favor de acuerdos comerciales multinacionales como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP).
El mes pasado, firmó un decreto que retira a Estados Unidos de las negociaciones del TPP, un acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos y 11 otras naciones de la cuenca del Pacífico.
El TPP habría eliminado los impuestos extranjeros en la forma de aranceles a la gran mayoría de las exportaciones de alimentos y productos agrícolas de Estados Unidos.
Las tasas de los aranceles agrícolas promedian 19% en Japón y 16% en Vietnam, aunque algunos productos se gravan con aranceles superiores al 300%, según la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR).
También está el acuerdo de libre comercio del 2010 Asean-China que comprende a diez países del Sudeste Asiático. Aunque Estados Unidos no es miembro, el pacto beneficia indirectamente a los agricultores de algodón de Estados Unidos y es el catalizador del reciente aumento que ha experimentado el precio del producto.
EL ALGODON
El precio está teniendo su mayor alza en seis meses y gran parte de ello se puede atribuir a la demanda vietnamita de algodón crudo, que ha crecido continuamente durante los últimos seis años, según estadísticas aduaneras de Vietnam; las importaciones entre agosto y enero alcanzaron niveles récord.
Gran parte de esta demanda tiene que ver con los acuerdos comerciales.
Estados Unidos es el mayor exportador de algodón del mundo y ha abastecido aproximadamente el 40% de las importaciones de algodón de Vietnam en los últimos tres años, y el 50% en el año a la fecha, lo que sugiere que la participación de mercado de Estados Unidos está creciendo.
De hecho, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, se espera que los agricultores estadounidenses envíen más algodón esta temporada (que finaliza el 31 de julio) que en cualquier año desde el 2013.
Los exportadores estadounidenses ya han vendido el 38% de los despachos proyectados, superando el promedio de cinco años, del 32% a esta fecha.
Gran parte del aumento de la demanda de Vietnam de algodón estadounidense deriva de la reducción en China de la hilandería de algodón luego de que el Gobierno maniatara la actividad en el país.
El programa de sostén de precios de China, ahora extinto, requería que la reserva estatal comprara grandes cantidades de algodón chino y acumulara algodón mundial, impulsando al alza los precios internacionales; pero en el proceso eso volvía a su propia producción menos competitiva a nivel mundial.
Esa medida alentó la inversión extranjera directa en la industria del hilado de Vietnam.
El acuerdo de libre comercio del 2010 Asean-China permite el acceso a China sin aranceles de algodón procesado procedente de Vietnam y otros países de la Asean. Desafortunadamente el algodón crudo no entra en ese acuerdo y enfrenta un arancel-cuota de 40%.
Entonces, tuvo sentido que muchas fábricas de algodón de propiedad china se trasladaran a Vietnam, importaran el algodón crudo y lo enviaran en ovillos de vuelta a China.
Como resultado, aproximadamente entre el 50% y el 65% de las importaciones de algodón de Vietnam se hila en fábricas de propiedad extranjera, y la mayor parte se exporta a China.
Este año, China vendió sus crecientes reservas de algodón en una subasta, lo que empujó a sus precios más cerca de los niveles mundiales. La medida reavivó la industria hilandera doméstica china y alentó un mayor apoyo del gobierno a esa actividad en el oeste del país. Esto hace que China sea un competidor viable de Vietnam y se sume a la ya creciente demanda de algodón estadounidense.
Los tres principales proveedores de hilados a China son India, Pakistán y Vietnam.
CRECIMIENTO IMPRESIONANTE
El crecimiento de Vietnam ha sido el más impresionante, especialmente en 2016, mientras que el crecimiento de Pakistán e India disminuyó, luego de cosechas débiles y caídas de las existencias.
A eso se suma que las exportaciones de hilado de importantes países no pertenecientes a la Asean como Uzbekistán y Corea del Sur experimentaron disminuciones.
Incluso luego de que la actividad hilandera se trasladara desde India, Paquistán y Uzbekistán, y en alguna medida desde China, a países importadores con aranceles preferenciales como Vietnam, Estados Unidos se ha beneficiado indirectamente con el acceso libre de aranceles de los miembros de la Asean a China.
La creciente demanda ha generado dos años consecutivos de alzas, aunque los futuros en la Nymex se cotizan alrededor de 65% por debajo de su récord del 2011, lo que deja más espacio para subir.
Habrá más claridad con la publicación de la primera estimación del Departamento de Agricultura de Estados Unidos durante su foro anual sobre el panorama agrícola, el 23 y 24 de febrero.
La historia de China y Vietnam está moldeada por la guerra y la sospecha. Aún persisten fuentes de tensión que no pueden ser fácilmente conciliadas, entre ellas conflictos marítimos.
Las medidas de Trump han dado a los dos países un incentivo para acercarse, especialmente en temas de comercio.
El TPP habría ayudado a nivelar el campo de juego para los trabajadores y empresarios estadounidenses, generando más exportaciones con la etiqueta “Hecho en EE.UU.” y más empleos mejor pagados.
Al eliminar más de 18,000 impuestos que diversos países ponen a los productos “Made in USA”, el TPP habría permitido a los agricultores, rancheros, manufactureros y pequeños negocios de Estados Unidos competir en algunos de los mercados de mayor crecimiento en el mundo.
La negativa de Trump a negociar el tratado debería ser preocupante no solo para los agricultores del algodón sino para todos los que exportan a Asia.
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