- Simuladas conferencias de prensa
- Periodistas impedidos para cuestionar
- Monólogos de funcionarios
- Animadversión a incomodas preguntas
Por César Villalobos López *
Tal parece que una divisa del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto es la simulación, cuando menos en materia de comunicación.
Como ejemplo de ellos citaremos dos casos, en Mexicali.
En el primero, encargados del área de comunicacion de la Comisión Federal de Electricidad, se hizo una invitación para participar en una reunión, comida-conferencia de prensa, en el restaurant Palomino.
Va a estar presente el director general de la Comisión, Enrique Ochoa Reza y será a la una de la tarde.
Tras la confirmación de la asistencia vino una advertencia: no se va a poder hacer preguntas, el director dará a conocer algunos datos en su mensaje, pero no responderá preguntas.
Obvio, no asistimos a la comida por considerar que si no se tenía oportunidad de hacer preguntas que pudieran tener respuestas de interés para los usuarios consumidores de energía eléctrica, en esta zona de alto consumo por las elevadas temperaturas.
Pero además, de haber aceptado la invitación a comer estaríamos degustando los alimentos con un completo desconocido, sin nada importante que platicar, por la limitación impuesta por su área de comunicación, desde luego atendiendo indicaciones del alto funcionario.
Ahora, Ochoa Reza, como pastor mayor en el Partido Revolucionario Institucional, anda de la seca a la meca en busca de reflectores de medios electrónicos e impresos, para tratar de justificar que las acciones del Jefe de la Nación, en contra de la corrupción, son reales y que el mismo PRI que encabeza es un importante brazo ejecutor del combate a la delincuencia oficial.
A su llegada la presidencia del PRI, Ochoa Reza tuvo los primeros tropiezos al conocerse el monto de su liquidación como trabajador de la Comisión Federal de Electricidad y pese a que ha hecho el esfuerzo máximo para aclarar que su ingreso fue legal, a nadie ha convencido de ello, como tampoco convenció la disculpa del presidente Enrique Peña Nieto sobre la Casa Blanca.
El segundo caso es más reciente, ocurrió el martes anterior cuando el Secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong llegó a Mexicali para atender el asunto de los migrantes procedentes de Haití y otros de países africanos que han ingresado a México por la frontera sur, aun cuando existe la percepción, entre ciudadanos y reporteros, que solo vino para tomarse la foto.
El titular de Gobernación tiene razones de peso para no recibir preguntas que seguramente le incomodarían, como por el ejemplo el tráfico de influencia que se menciona, por parte de su hermano, al Abogado Eduardo Osorio Chong, en dos litigios con ramificaciones en diferentes estados del país como Chihuahua y Sinaloa. Y donde la constante es la misma tráfico de Influencias e intimidación de autoridades locales y Federales, según han denunciado públicamente, los afectados, en periódicos de la capital del país y de Baja California.
También habría incomodado al titular de la Secretaría de Gobernación alguna pregunta sobre el secreto a voces en relación a los cobros de varios miles de dólares a los haitianos y africanos para efecto de ser documentados en la frontera sur, para que puedan viajar a Baja California y otras entidades fronterizas con Estados Unidos, país del que esperan tener una visa.
Si usted multiplica los miles de dólares que se afirma cobran funcionarios federales, con el numero de migrantes que han ingresado y los que se espera ingresaran al país, podría ser un multimillonario negocio, pero en dólares.
En Baja California se tiene el antecedente de la piel delgadita de funcionarios de Gobernación, como José Luis Hernández Ibarra, representante de Osorio Chong, quien en el mes de septiembre del 2014, “amagó con demandar al entonces presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Manuel Hernández Niebla, por haber criticado la labor de la Policía Federal”.
Posteriormente reculó, mencionando: “Yo simplemente dije que no se valía hacer críticas de una gendarmería que iba llegando el 4 de septiembre y el día 5 hace declaraciones, eso fue lo que yo dije, porque se pudiese meter en problemas”.
Luego dijo que “es un tema que pasó a la historia y pidió que se le preguntara por cualquier otro tema, pero no ese”, cuando en septiembre del 2014, las declaraciones del delegado Hernández Ibarra provocaron críticas del sector empresarial y de la prensa, que vio en el funcionario de la Secretaría de Gobernación una actitud autoritaria y represiva.
En conclusión, si los funcionarios van a leer un escrito o a emitir un mensaje, sin aceptar interrogantes de los reporteros, que caso tiene que convoquen a conferencias de prensa que finalmente resultan monólogos.
* Licenciado en periodismo, Cédula profesional 9089292.
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