Solo buenos deseos, pero…
Los avances en materia de sanidad e inocuidad han sido fundamentales para la apertura de mercados a lo largo y ancho del universo para las carnes mexicanas, pero todo indica que funcionarios federales y estatales, junto con los beneficiarios en los procesos de sacrificio y exportación ven como letra muerta la legislación vigente.
Los funcionarios y los beneficiarios no han comprendido que sus omisiones -y mas sus ambiciones- les están llevando a matar la gallina de los huevo de oro y de que al paso del tiempo, Baja California, en especial Mexicali, denominada por ellos la capital de la Carne, podría quedar en un triste recuerdo.
El valle de Mexicali se ha convertido en una especie de estancia regulatoria para validar las actas de nacimiento -certificados de origen- de miles de cabezas de ganado procedente de Centro América que al cruzar la frontera sur es identificado como chiapaneco, sin cumplir con lo establecido en las normas oficiales que exigen arete, vacunas, cuarentenas y otros requisitos.
A priori podríamos considera como letra muerta la versión de que “se está mejorando el sistema de trazabilidad del ganado con un seguimiento muy preciso a través del Registro Electrónico de Movilización de Ganado (REMO), en donde se tiene contabilizado a todo el ganado de los productores con el Sistema Nacional de Identificación Individual de Ganado (SINIIGA), con lo que se garantiza conocer desde el origen de cada uno de los animales, hasta que llega el producto sano e innocuo al anaquel y a la mesa del consumidor”
Si el ganado centroamericano está en Baja California, alguien lo dejo pasar, alguien lo documento y alguien dio el visto bueno para su traslado a Mexicali, de otra forma, ni siquiera habría cruzado el río Suchiate.
El problema zoosanitario y de salud publica que se vive en los municipios de Tecate, Tijuana, Rosarito y Ensenada, ha sido ignorado por los funcionarios, al igual que ha sucedido con la más viable solución: la terminación de la Planta de Sacrificio y Rastro Tipo Inspección Federal en Ensenada, proyecto que ha sido duramente atacado por intereses de industriales de la carne.
Por ello, una matanza irregular, en Rosarito, antes dedicada al sacrificio de chivos, borregos y marranos, ahora es considerado por el gobierno del estado como “rastro clandestino oficializado”, debido a que se asigno un Médico Veterinario y ahora la matanza incluye vacas pintas equinos y asnos.
Esta situación de irresponsabilidad oficial también afecta las reglas de sanidad e inocuidad que tanto se presume se observan en Baja California
Sin embargo, no hay datos oficiales de los registros que se supone debe de tener el comisionado en el oficializado rastro clandestino.
Otro aspecto que debe de analizar y hasta investigar el gobierno estatal, más bien Manuel Valladolid Semanaduras, Secretario de Fomento Agropecuario, es el alcance y derrama del beneficio real de la compra de sementales para el mejoramiento genético de los hatos de los pequeños ganaderos de Baja California.
De esto, la Unión Ganadera Regional con Gustavo Rodriguez cabrales a la cabeza deberá de rendir un informe pormenorizado sobre el destino de los sementales adquiridos, porque el programa debe de tener transparencia.
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