Entre los Surcos…

Tan malo el pinto como el colorado

El asunto de los trigueros se ha convertido en un circo debido a la intromisión de personajes ajenos al cultivo, pero con ambición de figurar.

Dicen el único interés es proteger a los productores, cuando en realidad buscan significación, con la esperanza de ser tomados en cuenta.

 En las reuniones donde van y vienen las acusaciones se observan caras que lo mismo protestan por el precio del trigo, del algodón o por el agua.

Pero solo protestan, nunca hacen ninguna propuesta concreta, ajena al reclamo generalizado, en este caso un precio justo.

Ricardo Muñoz Silva llegó a la presidencia del Sistema Producto Trigo a promoción del Lic. Rogelio Ayala Camacho -QEPD- compadre de Jorge Muñoz, padre de Ricardo, enarbolando la liga con el senador José Narro Céspedes, entonces presidente de la comisión de agricultura del senado.

Lamentable mente, Narro Céspedes, al igual que su sucesora, Nancy Guadalupe Sánchez Arredondo, si bien les atendieron, nunca les solucionaron nada.

Muñoz Silva iba para arrebatar la presidencia a Francisco Javier Quintero, de quien aseguraban, no representaba los intereses de los productores de trigo. 

Muñoz Silva llegó, creció publicitariamente, pero su periodo concluyó y como ha resultado, creyó tener el visto bueno de la gobernadora Marina del Pilar Ávila para buscar una diputación, lo que no sucedió.

Antes de concluir su gestión surgió el rompimiento con su tesorero, Horacio Gómez Carranza, durante un plantón, con maquinaria y equipo agrícola, en el Centro Cívico, obstruyendo el libre transito.      

Como el ahijado de Ayala Camacho no materializo su aspiración política, dio vida a una agrupación denominada Unión, Producción y Progreso de Baja California, que le ha servido para continuar con el muestreo, así como con los dimes y diretes.     

Gómez Carranza, quien arrebato la presidencia a Muñoz Silva, primero fue mencionado como posible candidato del PRD y finalmente lo fue del PAN, con adversos resultados electorales.

Verde en política, pero con ganas de figurar, al igual que su antecesor Muñoz Silva, a Gómez Carranza se le olvido que era candidato opositor a Morena y pretendió ser atendido, por la gobernadora, como presidente de los trigueros.

Hasta el momento, ninguno de los dos “lideres” de trigueros han aportado nada nuevo para avanzar hacia una solución definitiva y pretenden que las empresas y los gobiernos contribuyan para dar rentabilidad al cultivo. 

El problema de los trigueros y de los campesinos en general continúa siendo el individualismo, son reacios a la asociación y cuando lo hacen forman grupos, pero “yo a la cabeza”.