México no “pasará” de un crecimiento promedio de 2.5% en el próximo sexenio y el nearshoring será una fuente de inversión
Por Mario Mendoza Rojas | @SoyMrMoney
El gobierno de México llegará al próximo sexenio con un panorama complicado en materia de economía y finanzas; y no tendrá el dinero suficiente para realizar nuevos proyectos de infraestructura que el país requiere.
Tampoco tendrá los recursos necesarios para concluir los megaproyectos de la actual administración federal como el Tren Maya, Dos Bocas y el Tren Transístmico, debido a que no llevará a cabo una reforma fiscal, señaló el consultor de riesgo político de Integralia Consultores, Carlos Ramírez Fuentes.
“El próximo gobierno –gane quien gane– tendrá mucho menos recursos de los que tuvo López Obrador después de la elección 2018?, lo cual obligara al nuevo gobierno a recurrir a la iniciativa privada, cubrir las necesidades de inversión.
Ramírez Fuentes indicó que, con la eventual llegada a la presidencia de Claudia Sheinbaum, la inversión y participación de la IP en el desarrollo de infraestructura se dará bajo la rectoría del Estado, tal como lo ha dicho la candidata durante las últimas entrevistas con medios de comunicación.
Apuntó que, una muestra del apoyo que busca la abanderada de Morena, entre la iniciativa privada, está en el cambio de discurso en los encuentros con empresarios, en los que Sheinbaum los invita a invertir; aunque en ese camino haya decisiones que pueden “no gustarle” a los miembros de la IP.
La candidata “tiene muchos proyectos –de abastecimiento de agua, electricidad, carreteras y transporte, entre otros– en donde requiere necesariamente del sector privado; y eso ha propiciado este acercamiento muy visible y evidente” en sus actos de campaña.
Durante estos encuentros, Sheinbaum “trata de mandar señales de calma al sector privado, a los inversionistas, en el sentido de que los va a invitar, digamos a participar de manera más activa en los proyectos del gobierno”, subrayó el consultor de Integralia.
CRECIMIENTO Y ECONOMÍA
Durante el webinar ¿Qué sigue después del 2 de junio?, organizado por la firma global de inversión Franklin Templeton, Carlos Ramírez Fuentes señaló que en materia de crecimiento el próximo gobierno no tendrá grandes cambios.
Refirió que, sin importar quién llegue a la presidencia, la economía mexicana tendrá tasas promedio de crecimiento de 2% o 2.5% del Producto Interno Bruto (PIB) como máximo, debido a problemas estructurales que enfrenta el país desde hace décadas.
“No perdamos de vista que nuestra economía no puede crecer más allá de 2% o 2.5% por condiciones estructurales” como la baja recaudación, falta de ingresos, generación de energía, inversión y problemas de seguridad.
“De no atenderse esas condiciones estructurales, por más nearshoring que haya, no vamos a tener un crecimiento importante en el siguiente sexenio; vamos a tener cuellos de botella muy importantes en energía, infraestructura, seguridad física y jurídica”, apuntó.
Sobre la relocalización de empresas –conocida como nearshoring– el consultor indicó que este fenómeno será una fuente importante de inversiones en el mediano plazo, aunque para potenciar sus beneficios se requiere atender y mejora la disposición de energía, agua e infraestructura en general.
RETOS DEL NUEVO GOBIERNO EN MÉXICO
El economista de mercados emergentes de AXA Investment Managers, Luis López Vivas, señaló que –a menos que se produzca un cambio electoral significativo– “la victoria de Sheinbaum parece casi inevitable” y, con ello, también vendrán retos importantes.
Señaló que el primer reto está en que, de acuerdo con los modelos estadísticos, Monera no alcanzará una mayoría absoluta en el Congreso, cuyo impacto afectará las decisiones de la nueva administración federal en materia económica: presupuesto, inversiones, deuda e ingresos.
También se enfrentará a “un sector energético en crisis”, con una enorme deuda en Pemex, baja producción de hidrocarburos y la dedición del gobierno de apoyar a petrolera mexicana con más recursos públicos y respaldo financiero, que puede afectar la calificación crediticia del país y el clima de inversiones.
Además, al cumplir los pronósticos electorales y asumir la presidencia de México, Claudia Sheinbaum enfrentará la próxima revisión del T–MEC, prevista para 2026; la cual tiene altos niveles de incertidumbre y presiones políticas derivadas de la posible llegada de Donald Trump al gobierno estadounidense.
“Las elecciones presidenciales en México y, sobre todo, en Estados Unidos, podrían influir en la trayectoria del acuerdo, introduciendo una incertidumbre adicional”, apuntó el economista de AXA a través del estudio Elecciones generales en México: Probable continuidad, pero retos futuros.
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