Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Los que saben…

Los agricultores y ganaderos del Valle de Mexicali se topan con pared al conocer las restricciones que significan para ellos el realizar acciones de conservación de agua.

“El futuro nos alcanzó”

Por  Orfalinda Hinojosa Elizalde

El futuro lejano en donde se hablaba de una sequía en el Río Colorado ya llegó, y al ser el agua un recurso finito, no solo para la vida misma, sino también para la producción de alimentos, hoy los agricultores y ganaderos del Valle de Mexicali se topan con pared al conocer las restricciones que significan para ellos el realizar acciones de conservación de agua, acordadas por las autoridades de CILA de Estados Unidos y México al firmar varias actas, como resultado de la sequía que se vive en la cuenca del Río Colorado desde finales de los años 90.

Se trata de la emisión de varios documentos; desde el acta 319, la 323 y la 330, en las que se establecen medidas de cooperación con la intención de recuperar volúmenes de agua que quedarán almacenados en el Lago Mead. 

De acuerdo con declaraciones de Julio Alfonso Navarro Urbina, Jefe del Distrito de Riego Río Colorado en Baja California y Sonora de la Conagua, dijo que, en 2012, los representantes de los Estados Unidos y México firmaron el acta 319, en donde a cambio de 153 millones de metros cúbicos, México recibió 18. 5 millones de dólares, mismos que se invirtieron en obras hidroagrícolas. 

De igual manera, añadió que en 2017 se firmó el acta 323 de la CILA, en donde México se compromete de 2017 al 2026, intercambiar con el vecino país, 283 millones de metros cúbicos por 31.5 millones de dólares.  Sumado a este, en marzo pasado se firmó un documento complementario: el acta 330, misma que entró en vigor el pasado 1 de abril con vigencia hasta el 2026, es decir, tanto el acta 323 como la 330, terminarían el mismo año.

El nerviosismo de los agricultores inició cuando comenzó a sonar en el ambiente, la firma de esta nueva acta, en donde además de especificar que se destinarán recursos a la infraestructura hidroagrícola del valle de Mexicali, se incluye un programa de sesión de derechos, o, descanso de tierras, como comúnmente se le conoce entre los agricultores, mismo que asciende a 65 millones de dólares, de los cuales  60 millones  se destinarán a obras de infraestructura y a este programa, a cambio de almacenar 493.4 millones de metros cúbicos en el lago Mead a partir de este año  y hasta el 2026.

El acta ya entró en vigor, sin embargo, la Conagua, todavía no cuentan con los proyectos de obra de infraestructura hidroagrícola en el valle de Mexicali, sin embargo, de acuerdo con una declaración de Navarro Urbina, señaló que pocos Módulos de Riego accedieron a presentar proyectos, debido a los compromisos programados con las siembras, además, dijo, que ya se trabaja en obras en los Módulos 11, 18, 19 y 20, mismas que se adaptarían al acta 330.

Al estar todavía vigente el acta 323, Navarro Urbina aseguró que de los 31.5 millones de dólares, equivalentes a 500 millones de pesos en 2017, se han invertido 150 millones de pesos, en el canal Reforma, así como en el canal Revolución en obras de medición de la conducción de agua y modernización, sin embargo, aún quedan recursos disponibles. 

La preocupación mayor de los productores a estas alturas del partido es el desconocimiento de cuánto dinero recibirán por entrar al programa de descanso de tierras o sesión de derechos, que, en voz de la propia autoridad del agua, es voluntario, pues, de acuerdo a los propios usuarios de los Módulos de Riego, ellos reclaman el 90% y solamente el 10% restante, para las obras de infraestructura hidroagrícolas.  

Hasta la redacción de esta columna, a casi dos meses de entrada en vigor del acta 330, apenas los directivos de los Módulos de Riego, se reunirá con sus agremiados para acordar el monto que recibirán por hectárea.  Para llegar a esto, existen algunas características que deben cumplir las tierras susceptibles a entrar al programa, tales como suelos de baja productividad como los ubicados en “la ruta de la sal”, con cultivos con precios deprimidos y que usen agua rodada o por gravedad.

A nadie le sobra el dinero, y menos a los productores del valle de Mexicali, porque con los bajos precios internacionales del trigo, del algodón y la sobreproducción de la alfalfa, el futuro no es muy halagador, sin embargo, ¿qué tan conveniente es que los usuarios luchen por un porcentaje mayor de los 60 millones de dólares?

Carlos Orozco Riezgo, de CROrozco Consultores, señaló que lo ideal es que los productores se mantengan en la actividad, ya que, al descansar la tierra, se deja de generar recursos económicos, además, no sembrar por más de dos ciclos, representa para los productores, realizar labores adicionales como el subsuelo profundo.  Subrayó la importancia de que las autoridades definan qué rumbo le quieren dar a la actividad agrícola del valle de Mexicali, ya que esta condición llegó para quedarse, y es ya “la nueva normalidad”.

Los usuarios lo saben, por lo que han expresado su preocupación durante varias reuniones convocadas por un grupo de usuarios encabezados por Javier Gaona Ochoa, quien ha logrado sumar a un número importante de agricultores, entre ellos, Ana Quirino, productora del Ejido Sinaloa y defensora de su derecho de riego, quien ha expuesto la necesidad y urgencia de reclamar un beneficio justo por el patrimonio que significa la tierra y el agua.

Lo cierto es que hay muchas preguntas: ¿cuál es el proyecto de obras hidroagrícolas para ejecutar en el valle de Mexicali?, ¿cuánto dinero por hectárea recibirán los productores por el descanso de tierras?, ¿qué tanto dinero  deberán invertir los productores en sus tierras para volver a sembrarlas?, ¿cuánto se dejará de producir?, ¿qué impacto tendrá en el precio de los forrajes que se dejarán de cosechar?, ¿a cuánto ascenderá el precio de los insumos para la producción de carne y leche?, ¿cuánto se incrementará el costo de la renta de la tierra y el agua?

Esta crisis del agua se suma a la crisis económica que viven los productores agropecuarios, que se adhiere a la crisis de los precios de los granos a nivel internacional.  Un camino largo y accidentado del que no se ve el punto final, solo el ver cómo la cuerda se rompe del lado más débil, es decir, el de los productores.

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