¿Elecciones o Estado de Excepción por violencia desatada?
Por Francisco Rodríguez
Se cierra el círculo en torno a Andrés Manuel López Obrador. ¡Está acorralado! Su desesperación es creciente, imparable. Nunca pensó tener un final de sexenio como el que ya está padeciendo. Y todo indica que aún le falta sufrir lo peor.
Su desesperación ha sido provocada no sólo por la revelación real del tamaño inaudito de la corrupción de sus hijos, la de él mismo y la de sus más allegados en la familia y en su gobiernito…
… ahora también por los testimonios hechos públicos de las relaciones peligrosas que en el 2006 mantuvieron algunos de sus más allegados con el Cártel de Sinaloa, mismo que habría financiado cuando menos su campaña presidencial en la que contendió contra Felipe Calderón.
¿A poco en las otras dos, contra Enrique Peña y José Antonio Meade no participaron con sus apoyos los narcotraficantes? ¿Nada más en la del 2006?
¿Es o no cierto que el sinaloense y otros grupos criminales intervinieron económica y activamente en las estatales y para renovar la Cámara de Diputados en el 2021?
Porque no es fortuito que el incremento de los niveles de violencia relacionados con el tráfico de drogas se observe en algunos estados donde Morena se convirtió en gobierno, coincidentemente entidades productoras de plantas ilegales, de laboratorios clandestinos, de tráfico y de tránsito de drogas, así como de lavado de dinero, y mercados potenciales para el consumo.
No lo pueden negar. Ni tampoco inculpar por ello a los informadores, como acostumbra, incluso con denuestos, en cada una de sus ya insufribles matinés.
Se lo comentaba apenas. ¡AMLO está desesperado!
Ya es capaz de cualquier cosa con tal de mantener su hegemonía. De hacer “triunfar” a su “corcholata” Claudia Sheinbaum a como dé lugar.
Incluso, si es necesario, otra vez con el apoyo de los bien pertrechados elementos del “ejército paramilitar” que los delincuentes despliegan por todos y cada uno de los rincones del país, quienes cooperarían gustosos a cambio de mantener el status quo de los “abrazos y no balazos”.
Por esa desesperación de AMLO el país acusa características singulares y, definitivamente, no tiene parangón ni medida con ninguna claque del pasado que haya asolado a la sociedad nacional. La 4T es única y esperemos irrepetible.
Porque todo se ajusta a un cinismo ramplón acompañado de una desaforada ignorancia. Como López Obrador y secuaces no conocen los límites del sistema, no pueden avizorar los rebotes que impactan hacia todos lados, arriba, a la mitad y abajo de las capas sociales. Negociantes y traidores, opacan cualquier previsión y toda desquiciada imaginación.
En el 2018 no creíamos que…
El accionar lopezobradorista rebasa con mucho todo aquello que imaginaban sucedería quienes crearon el pegador mantra “¡es un peligro para México!”
Fuimos muchos quienes no lo creíamos, incluido el escribidor, pues achacábamos la frase a aquellos que desde el 2000, cuando alcanzó la jefatura del gobierno del entonces DF, habían sido afectados por él de una u otra forma.
Y así, en el 2018, no creíamos que, ya llegando al poder, fuese a cancelar la ya avanzada construcción del NAIM, dizque por la corrupción que imperaba en la obra y en los terrenos aledaños… ¡Y la canceló!
No creíamos que dejaría a las mujeres, sobre todo a las madres, sin estancias infantiles y sin medicamentos para sus hijos gravemente enfermos… ¡Y las dejó en el desamparo!
Tampoco creíamos que fuese a dejar a los militares la delicada tarea de la seguridad nacional, que, como se había comprometido, los regresaría a los cuarteles… ¡Y, al contrario, los empoderó económica y políticamente… y una mayor violencia se desató!
Nunca creímos que dejaría sin recursos a los sistemas públicos de salud, ni a la infraestructura escolar, ni que permitiría que se deterioraran las carreteras, al Metro capitalino, el AICM, los sistemas de agua potable… ¡Y desvió miles de millones de pesos a sus obras insignia, faraónicas, inservibles y para siempre subsidiadas!
Creíamos que fantaseaban quienes entonces, en el 2018, repito, auguraban que sería un Presidente autoritario, que atacaría a todos aquellos que no se plegaran a sus caprichos, que no creyeran sus “otros datos”, lo mismo que a los medios de comunicación y a quienes nos desempeñamos en ellos… ¡Y a diario suelta un retintín de insultos, descalificaciones y embustes para fallidamente intentar callarlos!
No creíamos que, como un luchador de la democracia como se presentaba desde siempre, fuese a debilitar, atacar, incluso a desaparecer a las instituciones democráticas a las que ya alguna vez había mandado al diablo… ¡Y ahí están la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el INE, el INAI y varios más de los organismos constitucionales autónomos para desmentir nuestra pueril creencia!
Crítico del manejo de las finanzas públicas durante los sexenios anteriores, no creíamos que sería quien contrajera más deuda externa que ninguno de sus antecesores… ¡Y ahí está batiendo el récord de empréstitos contratados con los usureros internacionales que, todo indica, nunca dejaremos de pagar!
Creíamos, sí, que barrería la corrupción desde arriba hacia abajo… ¡Y ahí en lo alto de la Administración están sus amigos asaltantes, como Ignacio Ovalle en Segalmex, y muchos otros en prácticamente todas las dependencias gubernamentales, así como sus hijos Andy y Bobby, traficando influencias en favor de sus íntimos, desviando fondos públicos, subastando a los amigos los más jugosos contratos de abasto y obra pública!
Lo peor es que aún hay quienes creen que el sistema público de salud muy pronto será no como el de Dinamarca, sino aún no mejor.
Los hechos tiraron a tierra nuestra credulidad en AMLO.
¿Vamos rumbo al
Estado de Excepción?
No aprendemos. Y es que todavía hoy, pese a todo lo pasado, aún no creemos que López Obrador sea capaz de decretar un Estado de Excepción si, acorralado como ya está, sabe que no podrá ganar las elecciones de este 2024 ni mantener la hegemonía de la 4T cuando menos cien años, como fallidamente pronosticara el desaparecido Porfirio Muñoz Ledo.
Más nos vale que, ahora sí, lo vayamos creyendo. AMLO es capaz de apelar al artículo 29 de la Constitución que establece la suspensión o restricción del ejercicio de derechos y garantías. Este artículo previene que la restricción o suspensión sólo procederá en los casos de invasión, perturbación grave de la paz pública u otro que ponga a la sociedad en grave peligro o conflicto.
Con la aprobación de ambas Cámaras del Congreso de la Unión que mayoritariamente le son adictas, él y sólo él podría decretarlo.
¿Y cuáles serían esas posibles causas que nos pusieran a todos en peligro como para suspender las elecciones?
No se ve ninguna invasión extranjera cercana, pero sí muy próxima, latente, una posible alteración de la paz pública como las dos recientes sufridas por los tabasqueños en diciembre y principios de enero, a manos de gavillas delincuenciales que incendiaron vehículos, protagonizaron balaceras y asaltaron comercios en prácticamente toda la entidad.
Usted y yo lo comentamos aquí hace justo 20 días. Tabasco es el laboratorio para ensayar el Estado de Excepción, la suspensión de derechos y garantías, incluida la de acudir a las urnas. Para ello la colaboración o cooperación de los delincuentes es indispensable para AMLO.
En Tabasco, en más de la mitad del territorio nacional, en efecto, López Obrador soltó al tigre.
Y no lo ha amarrado. Lo tiene listo para saltar sobre nosotros.
Por eso vale preguntar si ¿suspenderá garantías, entre ellas la de votar, para evitar su derrota?
¿Se quedaría dos años más en Palacio Nacional?
Indicios
Este miércoles manos criminales lanzaron una granada explosiva en los jardines de la Torre de Pemex, a cargo de Octavio Romero, y que está ubicada en la capitalina avenida Marina Nacional. ¿Esta acción ya corresponde al clima de desestabilización que prepara el ocupante del Palacio Nacional? No hubo daños ni víctimas humanas, por fortuna. Elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional pudieron retirarla sin riesgos. * * * Mal y de malas no sólo AMLO, también su gobiernito y el Poder Legislativo. La Segunda Sala de la SCJN concedió el amparo a seis empresas y declaró la inconstitucionalidad de los cambios a la Ley de la Industria Eléctrica, vigentes desde el 10 de marzo de 2021, que favorecen a la Comisión Federal de Electricidad por sobre los privados que generan energía eléctrica; la sentencia aplicará de manera general a todos los agentes que participan en el mercado eléctrico nacional. ¿La causa? La susodicha legislación frenaba la competencia y, en los hechos, convertía a la CFE en un monopolio de Estado. Claro que también porque en las Cámaras del Congreso se aprobó sin que siquiera sus integrantes la leyeran, pues no tenía caso si ya les habían ordenado no cambiarle ni una coma y mansamente obedecieron. AMLO ya anunció que enviará otra iniciativa en la materia en los próximos días. * * * Se repite la historia en la Fiscalía General de la República. Una vez más no pudo mantener en prisión a uno de los objetivos políticos de la 4T. Como sucedió con Rosario Robles, un juez federal anuló la acusación penal contra el abogado Juan Collado y ordenó su libertad plena. El ineficaz Alejandro Gertz ni siquiera le “atina” a una. Ni siquiera en el caso que fabricó en contra de la familia de su propio hermano. * * * Los 62 millones de pesos de multa a Morena por los excesivos gastos de las campañas que resultaron en el muy previsible “destape” de Claudia Sheinbaum son “un pelo de gato” frente al presupuesto de recursos públicos –nuestro dinero, pues– que ejercerá este año y que asciende a 3 mil 159 millones de pesos… más los que provengan del narco y empresarios interesados en conseguir contratos gubernamentales. * * * Y por hoy es todo. Le reconozco que haya llegado hasta aquí en la lectura de este Índice Político. Y como siempre, le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!
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