Por César Villalobos López
El pasado martes 26, a eso de las 14:10, circulando por la calle Venecia, llegamos a las confluencias de las avenidas Nápoles y Casa Blanca, de Villafontana y de las Nubes, en San Marcos, sin ningún vehículo a la vista, salvo dos elementos de la policía motorizada, más celosos del reglamento de tránsito que del combate a la delincuencia, consideraron que cometí una infracción de tránsito por no haber hecho un alto total, al dar vuelta hacia avenida de las Nubes, en San Marcos.
De inmediato encendieron la luz y la sirena, cruzaron la Venecia y me detuve en la primera cuadra de avenida de las Nubes, uno de los dos me pidió mis documentos, le proporcione la licencia y luego me inquirió los documentos del vehículo, le entregue la tarjeta de circulación.
Hasta ahí, todo bien, pero al señor agente se le ocurrió decirme que le tenía que acompañar a la Comandancia, yo pregunté porque, me dijo por la infracción de haber hecho el alto, entonces deme la infracción y ya, fue mi respuesta.
Luego me indico que la tarjeta de circulación estaba vencida y podría ser una falsificación, le pedí la tarjeta para revisarla y no encontré nada anormal, por lo que le dije, levántame la infracción, dinero no te voy a dar.
En ese momento no tuve la intensión de hacer publico el detalle, de lo contrario habría tomado el número de las motocicletas, así como fotografías y anotado los nombres de los agentes, pero después, reflexionando, consideré el abuso, el policía y el daño que con su actitud genera a toda una corporación donde de seguro hay mas elementos buenos que corruptos y extorsionadores, como el que les comento.
El insistió en que tenía que ir a la comandancia, como yo tenia la tarjeta, le dije no te voy a acompañar, quédate con la licencia y yo voy a pagar la infracción después.
Molesto me contestó que él no se hacía responsable de la licencia y que se podía perder. No te preocupes yo saco otra, fue mi respuesta y avance, a la cuadra siguiente di vuelta en U para recoger a la persona que me estaba esperando para llevarla al médico.
En cuanto me detuve, los agentes volvieron a la carga, mientras abría y la puerta y se subía la persona, aprovecharon el tiempo, una moto al frente y otra en la parte trasera de la camioneta.
El agente inventor de la posible falsificación de la tarjeta de circulación, por lo que insistía debería de ir a la Comandancia, me dijo: yo no te hable de dinero. Yo fui el que te dije que no te daría dinero, porque considere que pretendías asustarme con llevarme a la Comandancia.
Por primera ocasión intervino el agente de mayor estatura y todo quedo solucionado, con la recomendación de un alto total, aún en calles vacías y sin vehículos circulando.
Si no hubiera tenido una situación de emergencia, los habría acompañado a la Comandancia para desenmascarar a ese inventor de falsificaciones de documentos y es que seguramente, el truco le ha dado resultado.
Más historias
Sheinbaum dapalos de ciego enmateria de agua; está mal informada
Fomenta IMSS el autocuidado de la salud para prevenir diabetes
Acuerdan DSPM y Coparmex comunicación permanente