Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

“El Baja” cerró sus puertas, pero pronto las reabrirá

  • Restaurante lleno de todo tipo de historias 
  • Fue referente de las actividades del campo y políticas
  • En sus mesas se levantaron las mejores cosechas
  • En pláticas prosperaron los negocios de ganadería
  • Albergo a integrantes del Club La Puerta Perdida

El pasado 12 de noviembre, tras cerca de 50 años de atención a sus clientes, el restaurante Baja, bajo la administración de la familia Ramírez Serrano, cerró sus puertas.

En breve, “El Baja” como se ha identificado al restaurante, volverá a proporcionar atención y buen servicio a los comensales que acudan a sus instalaciones para degustar los platillos tradicionales y otros.

José “Pepe” Angulo es el empresario que continuará con la tradición, bajo el mismo nombre, mismo concepto y nuevo personal.    

El domingo del cierre llamó la atención la gran afluencia de clientes, además de los tradicionales de los desayunos domingueros que al paso de los años se ha diezmado por cambios de domicilio, de actividades o por efectos de la pandemia del COVID 19.

El domingo 12 fue un día común y corriente para quieres acostumbrábamos reunirnos a desayunar, pasando lista de presentes, de izquierda a derecha, Ramón Galván, Rafael Ruiz, Baraquiel Fimbres, Loreto Olivas, Jorge Hirales, Ernesto Pasos, César Villalobos y Ram´pn Galván Jr., vía telefónica, desde Tijuana, Cuco González.

El cierre genero nostalgia y el afloramiento de muchos recuerdos, anécdotas surgidas a lo largo de las charlas con café o añorando los tiempos en los que los platillos con jamón de pierna semejaban las orejas de elefante de las milanesas de Santa Ana, salían del plato.

No falto la añoranza del menudo a media noche o por la madrugada, al terminar actividades nocturnas.

Surgieron nombres de asiduos clientes y grandes amigos como Don Jorge Fernández, Claudio Alvarado, Inés Carrillo, Salvador Servín Herrera, Roberto Zarate Muñoz, Luis Rogelio Terán Real, Don Héctor Terán, Bruno Petrinni, Federico Lencioni, Roberto “El Burras” Olivas, Vicente Velarde Sierra, Francisco “Don Pancho” Islas, el señor Salazar, Roberto “El Comanche” González, entre otros muchos.

No faltó quien hiciera alusión a las campañas políticas en las El Baja semejo cuarteles de estrategias como la mesa que por muchos años ocupo Rodolfo “El Ejote” Fierro Márquez, por la que se vieron desfilar a funcionarios y aspirantes a candidatos, además de cabezas de diversos grupos y corrientes políticas, incluyendo de partidos divergentes.

Con Fierro Márquez, Luis González Ruiz, los hermanos Ernesto y Elías Iñiguez García, Fausto Gutiérrez, Felipe “El Loco” Barrera, sin faltar el medico de cabecera, Arturo Sosa Coronel, Roque Campusano, José Luis González Pimentel, José “Monky” Moreno, entre otros muchos que escapan a la memoria.

En el gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León, cuando le quitaron los alfileres a la economía y se generó la crisis económica que elevo la inflación, cuando la mayoría de los asiduos clientes coincidían mencionando “no encuentro la puerta”, a Salvador Hirales Barrera se le ocurrió formar el “Club de la Puerta Perdida”.

Tradicionales platillos: la machaca con verdura, con huevo, a la Portillo, huevos Oaxaqueños, filete ranchero, frijoles en almohadita, tortillas de harina a la flama o doradas, preparados por Adolfo y Pilar, jugo de naranja y párele contar.

Imborrables los recuerdos de Silvia “La Güera”, su hermana Irma, Lupita, Imelda, Ana, y últimamente Rosario, quién junto con Samanta y Lily, dieron un positivo viraje en la atención a los comensales, además de Martha y Karla, elaboradora de variados y sabrosos postres.

Advertimos que en el tintero queda mucho para escribir, pero es una breve historia de un icono de las actividades gastronómicas de Mexicali. 

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