Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Entre Los Surcos…

Sin atención y sin rectoria

Por César Villalobos López

Nos encontramos con el ingeniero Manuel de Jesus Quintero Meza, quien acaba de dejar, por liquidación, la dirección de un área de la Financiera Rural, con sede en Monterrey, Nuevo León.  

La platica obligada, la situación del campo bajacaliforniano, en especial el valle de Mexicali, resaltando la improvisación de los funcionarios de la ahora Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural, sin importar el perfil y el conocimiento en el cargo que desempeñan.

Tampoco podía faltar la inutilidad de los diputados federales y locales de los distritos electorales del campo, para atender, o cuando menos escuchar las necesidades y reclamos de los productores, quienes “andan como papalote sin cola”.

La sigla de agrupaciones como la CNC, la CCI, la FEPR y la UAR, son utilizadas con fines políticos, de hecho, carecen de membresía real, aun cuando ocasionalmente, aquellos que aparecen como cabezas, logran juntar algunos adeptos, especialmente en convivios.

Por lo general esos individuos no viven de la agricultura, tienen alguna profesión, están jubilados o reciben una compensación de las centrales de sus organismos y son proclives al dialogo y a la aceptación de negociaciones con la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda.

Ninguna de las cuatro agrupaciones que aparecen como representantes de productores agrícolas tiene la fortaleza para impulsar candidaturas por lo cual, los hombres y mujeres que busquen representar a los distritos electorales del campo, tendrán que trabajar duro, con propuestas reales, conocimiento de causa y muchos deseos de contribuir al impulso del desarrollo de las actividades primarias.    

Aquí, los gritos y sombrerazos no sirven de nada y se tendrán que cambiar por propuestas seria ante el Congreso de la Unión, para canalizar recursos hacia las actividades productivas que permitan disminuir la importaciones de granos básicos y de materias primas.

El valle de Mexicali tienen un gran potencial productivo, lamentablemente está abandonado hasta por la Universidad Autónoma de Baja California, toda vez que su Instituto de Ciencias Agrícolas, brilla por su ausencia en acciones directas, tal vez porque sus autoridades no están identificadas con el origen de la escuela creada por la gestión y apoyo de los campesinos.  

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