Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Entre Los Surcos…

Por ignorancia o interés

Por César Villalobos López

En los últimos años, el tema del agua ha tomado vigencia y ha servido para la especulación y engaño de supuestos estudiosos o de comunicadores que desconocen a fondo alcances del Tratado Internacional de 1944, de sus respectivas actas y de las concesiones del gobierno federal.

Es más, hasta los dos gobiernos estatales, de la 4T, el de Jaime Bonilla Valdez y de Marina del Pilar Ávila Olmeda, han arremetido en contra de organismos como la S. de R. L., concesionaria de la red mayor del Distrito de Riego 014 y de los Módulos de Riego.

Primero, Bonilla Valdez, pretendió tener el control del agua agrícola mediante una directiva “a modo” en la S. de R. L., pero al no lograrlo buscó, para el gobierno del estado, la concesión de la red mayor, sin lograr eco en los funcionarios de la Comisión Nacional del Agua, ni de Semarnat.      

La punta de lanza de Bonilla Valdez fue Luis Salomón Faz Apodaca, al frente de la Secretaría del Agua, ahora, en el gobierno de Ávila Olmeda, José Armando Fernández Samaniego ha continuado con la ambición del agua agrícola, aprovechando cualquier oportunidad, para tratar de cubrir su ineficiencia, culpando a los módulos de las limitaciones de agua para abastecer necesidades de bombeo del acueducto Rio Colorado Tijuana.  

Pero Fernández Samaniego no da a conocer que los organismos operadores que tratan y distribuyen el agua en las ciudades, deben a los módulos de riego, según el corte de enero a mayo, más de 540 millones de pesos, más lo acumulado a la fecha, por volúmenes entregados por los usuarios a través de los módulos y el Banco de Agua.   

“En ciertas partes del país, los distritos de riego han acaparado tal cantidad de agua que los gobiernos locales tienen que rogarles que les vendan agua para complementar el uso urbano. Tal es el caso de Tijuana y su enfermiza relación con el distrito de riego 014 que cada año le vende agua. “El distrito 14 tiene secuestrada a la ciudad”, reportó crudamente el medio local Radar BC.”

El párrafo anterior forma parte, de una publicación del periódico español, El País, con el epígrafe de “México Seco”, en alusión al reporte de un medio local de Baja California.

Aquí, hasta donde observamos, encontramos un desconocimiento o producto de una mala y tendenciosa información que pudiera tener su origen en funcionarios estatales del gobierno de la 4T.

En primer lugar, en el gobierno del presidente Luis Echeverria Álvarez, con el Ing. Leandro Rovirosa Wade en la Secretaría de Recursos Hidráulicos y el Lic. Milton Castellanos Everardo en el gobierno de Baja California, se asignaron volúmenes de agua a las ciudades, atendiendo las necesidades de ese momento con agua de la batería de pozos de la mesa arenosa de San Luis, R.C. Sonora.

En el gobierno del Lic. Héctor Terán, el Lic. Jorge Gallego Salas, advirtió al sector privado de Tijuana que el desarrollo industrial debería de promoverse en el valle de Mexicali, porque la zona costa no tenía el agua suficiente para proporcionar los volúmenes necesarios ante una demanda creciente.

El mundo se le vino encima a Gallego Salas, pidieron su destitución, pero el tiempo confirmó la mala planeación para el desarrollo y tanto la industria, el comercio, los servicios y el consumo doméstico, han crecido tanto, que, el Acueducto Rio Colorado Tijuana carece de capacidad para bombear el volumen que requiere.

Tijuana, hace años rebasó la cuota asignada y ha requerido de comprar volúmenes de agua a usuarios agrícolas que por diversos motivos no siembran y es que ellos tienen una concesión federal para el riego de sus tierras, pero, además, los organismos operadores deben de pagar una cuota, por la conducción del agua en la red que tiene concesionada la S. de R. L.  

Para la compra de volúmenes adicionales a su asignación, Tijuana debe de negociar con los usuarios del agua agrícola por conducto de los módulos de riego o del Banco de Agua, pero debe de programarse porque en el valle de Mexicali no hay un vaso regulador o de almacenamiento para tener volúmenes en espera de que alguien los demande.

En cambio, a Mexicali le sobra agua porque además de la asignación, el crecimiento de la ciudad le ha permitido que los derechos de riego de las tierras urbanizadas queden en la CESPM.