Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

¿Educar o adoctrinar?

Por Antonio Magaña.

Hoy inicia la segunda temporada de, “La Vespertina”, en su versión los Nuevos Libros de Texto.

“Libros que transformarán la conciencia infantil”, según sus autores, “libros que pretenden llevarnos al comunismo”, según sus detractores.

Llegó el nuevo distractor, que ahonda la división y confrontación entre “buenos y malos mexicanos”; “patriotas y vende patrias”, “proletarios y explotadores”.

Los problemas reales de un México que arde, se pierden de vista y pasan a segundo término: lo importante es la “transformación de las conciencias” que, nadie entiende qué es, ni con qué se come.

¿De verdad, creen los autores que, con sus ediciones panfletarias, con sus catecismos, van a transformar “la conciencia” de los niños?

Si eso piensan, pues, son muy ambiciosos y petulantes.

Los cuentos de un pasado mítico, las mentiras sobre los héroes que nos dieron patria, no les sirven a los niños para nada, ni siquiera para echar a volar su imaginación.

Nuestro deber, si es que realmente nos interesa el futuro de LOS NIÑOS, es prepararlos para vivir en un mundo caótico e incierto que se transforma a la velocidad de la luz. 

Como se vio en un reportaje, con la desaparición de las escuelas de tiempo completo, hoy, los niños desayunan tortilla embarradas con chile, sal, limón y, en el mejor de los casos, con frijoles.

¿Qué va a ser de esos niños hambrientos en el 2040?

¿Acaso, los “transformadores” libros de texto los alimentarán y prepararán para conseguir un trabajo, prosperar, comprender el mundo y sobrevivir en el 2040?

La respuesta es NO, porque, parafraseando a Marx, LA IDEOLOGÍA ES EL OPIO DEL PUEBLO. La educación pública NO es para adoctrinar.

Los verdaderos especialistas en educación insisten en enseñarles a los niños y jóvenes habilidades de uso general para la vida; que aprendan a conocer, a aprender, a hacer, a convivir, a SER (buenos estudiantes, buenos amigos, buenas personas).

Los pedagogos coinciden en enseñar las cuatro CES: pensamiento crítico, comunicación, colaboración y creatividad.

Para CATECISMOS, con el del Padre Ripalda nos basta y nos sobra.