Desorganizados y a la deriva
Independiente del abandono por parte de los gobiernos de la 4T que, canceló los apoyos para incentivar la producción agrícola en el norte del país, soslaya la obligación de mantener en buenas condiciones de operación el Distrito de Riego 014 del Rio Colorado, la situación económica de los agricultores seguirá siendo caótica mientras no entiendan que la organización y la fuerza no es dar gritos y sombrerazos, despotricando, sino mediante la asociación para producir a bajos costos y comercializar en tiempo y forma.
A lo largo de los días del plantón de trigueros, en el centro de gobierno, observamos y escuchamos una serie de versiones ridículas sobre la argumentación para exigir a la empresa industrial que pague la ineficiencia en el campo.
Porque decimos ineficiencia, simple y sencillamente porque según datos sobre el potencial de las semillas, en este caso de trigo, tienen un potencial productivo superior a 10 toneladas, siempre y cuando se apliquen los paquetes tecnológicos que, ni las empresas, menos los productores quieren pagar, pese la rentabilidad que ello les representaría.
A lo largo y ancho del valle de Mexicali se observan cultivos de trigo y algodón con manchones o plantas de distinto color, posiblemente sean los efectos del sismo del 2010, pero nadie de los dedicados a estas siembras, se ha preocupado por hacer análisis de suelo, para detectar el porque del cambio de condicione en las plantas.
Lamentablemente son muy pocos los productores que, al obtener un crédito verifican su contenido y menos obtienen una copia del contrato, para luego aducir que la habilitadora no se los entrega; se quejan de que les entregan ordenes de compra para los insumos y es que las empresas detectaron que el entregarles efectivo lo destinaban a otros propósitos ajenos al desarrollo de la planta.
Las empresas habilitadoras han dejado de proporcionar asistencia técnica y son contados los productores de trigo, algodón, alfalfa y otros productos ajenos a las hortalizas que contratan los servicios agronómicos en busca de un mejor desarrollo de la planta y consecuentente elevar los rendimientos por hectárea.
En este movimiento de protesta de los trigueros, se afectó intereses de terceros y algunos de sus participantes lo justificaban aduciendo que producen alientos, pero entre esas voces discordantes había infiltrados, personas que, si bien viven en el campo, no siembran, no producen, pero les encanta participar en todo tipo de movimiento y, sobre todo si se trata de golpear, tirando la piedra y escondiendo la mano.
Un argumento que pareció infantil es la exigencia de 8 mil pesos por tonelada de trigo, aduciendo que, de lo contrario caerán en cartera vencida y es que, con los promedios productivos de trigo en el valle de Mexicali, una buena parte de los productores no podrán pagar, ni recibiendo el precio solicitado.
La apertura de los integrantes del Sistema Producto Trigo en las negociaciones con el gobierno y las empresas, habría resultado beneficiosa con la presentación de un estudio, pero en el inter fueron manipulados por el interés político de las senadoras de Baja California, quienes solo les dieron su apoyo moral, que no sirvió de nada y es que no tienen interlocución con los funcionarios del gobierno de la 4T.
Uno de los problemas de los productores es que ni el gobierno de la república, ni el del estado, tienen interés en impulsar el desarrollo del campo, carecen de programas productivos y dan prioridad de los programas sociales, con dadivas, fotos y abonando la egolatría de la gobernadora Marina del Pilar Avila Olmeda.
Con la desaparición de la Financiera Rural, surgieron voces discordantes mostrando su enojo hacia el presidente López Obrador, pero todas fueron a toro pasado y sin ninguna repercusión positiva para los productores.
Ahora los propietarios de la tierra tendrán que buscar financiamientos que les permitan el cultivo de su predio, ajustado a las condiciones establecidas en el mercado del dinero y garantizando su retorno, con sus respectivos intereses, por lo que tendrá que hacer una buena preparación del suelo, fertilización, cultivos, protegerlos de las plagas y enfermedades.
Los más afectados con esto, son aquellos individuos que utilizaron el campo para obtener, a cambio de favores o complicidad, créditos para tal o cual cultivo y al final no establecer ninguno y luego pedir cancelación de adeudos con borrón y cuenta nueva.
Los productores deben de entender que la agricultura es un negocio y, como tal, debe de tener buena organización y mejor administración a través de la asociación económica que muchos, unos porque tienen poco y otros porque tienen mucho, rechazan.
Para vender directo, como pregonan los trigueros, es una utopía, carecen de un centro receptor y silos para su almacenamiento y conservación, pero además muchos se sienten expertos en las comercialización porque a diario revisan los precios internacionales en las bolsas agrícolas.
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