Por Carina García | Primera de tres partes
La brisa marina refresca la larga travesía de más de cuatro horas en ferry desde Mazatlán, Sinaloa, hasta la Reserva de la Biósfera de las Islas Marías, el ex centro penitenciario que algún día inspiró Los muros de agua, de José Revueltas, y que hoy es un destino ecoturístico en el Pacífico.
En la isla, donde por más de 100 años se mantuvo a presos políticos y criminales de gran peligrosidad, hoy se ofrecen servicios de transporte, hospedaje y tours de parte de uno de los ‘grupos empresariales’ favoritos del presidente Andrés Manuel López Obrador: las Fuerzas Armadas.
La experiencia se da a través de la empresa Turística Integral Islas Marías, S.A., que es parte del conglomerado que el presidente ha creado para que la Secretaría de la Defensa Nacional y la Secretaría de Marina ingresen a los sectores turístico, de aviación, aeroportuario, ferroviario y aduanal en México a través de empresas de participación estatal mayoritaria.
Una de ellas es el conglomerado Grupo Aeroportuario, Ferroviario y de Servicios Auxiliares Olmeca-Maya-Mexica, S.A. de C.V. (GOOM), un consorcio coordinado por la Sedena que está integrado por el Tren Maya y cuatro aeropuertos. Se trata del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), en el Estado de México; el de Palenque, en Chiapas; el de Chetumal y el de Tulum, en Quintana Roo –cada uno de ellos constituido como sociedad anónima de capital variable–, en el sur sureste del país, zona de influencia del tren y de mayor recepción de turistas del país.
De acuerdo con el observatorio México, ¿Cómo Vamos?, los activos de este inédito grupo empresarial-militar se estimaban en 2022 en 305,677 millones de pesos, en los que el Tren Maya tiene activos por 200,000 mdp y los aeropuertos, 105,677 mdp.
De acuerdo con la organización, para el cálculo de activos se contempló el valor de los inmuebles y la infraestructura actual y de adecuaciones estimadas hasta el ejercicio presupuestal 2022, por lo que el valor podría modificarse.
En diciembre pasado, el gobierno mexicano abrió las puertas de «Centro Turístico Islas Marías» en el excentro penitenciario al que se puede llegar desde Nayarit y Sinaloa en barco. FOTO: Cuartoscuro
EMPRESAS VERDE OLIVO
Si bien la Constitución impide que las Fuerzas Armadas intervengan en asuntos civiles en tiempos de paz, desde 2006 se han encargado de tareas de seguridad y en la actual administración han sido la mano derecha del presidente López Obrador para llevarlas a prácticamente todos los ámbitos públicos del país. El Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) registró 246 asignaciones civiles al Ejército y a la Marina en su ‘Inventario Nacional de lo Militarizado 2011 a 2021’.
El presidente López Obrador ha dicho que las Fuerzas Armadas son “muy confiables” y que ponerlas a cargo de los proyectos estratégicos asegura que “no entrará la corrupción”. “El Ejército, la Marina representan al pueblo, son del pueblo, los soldados, los marinos, es pueblo uniformado”, ha señalado para recalcar su confianza.
“El Tren Maya, el nuevo Aeropuerto Felipe Ángeles, el de Palenque, el de Chetumal, el nuevo aeropuerto de Tulum van a formar parte de una empresa manejada por la Secretaría de la Defensa Nacional, porque si estos bienes se los dejamos a Fonatur o a la Secretaría de Comunicaciones, no aguantan ni la primera embestida”, expresó el presidente en noviembre de 2021 al hablar de la corrupción que había antes.
La Sedena es la que tiene participación en las empresas de los proyectos más grandes. La Secretaría de Marina estará a cargo de las empresas ecoturísticas de las Islas Marías, los aeropuertos de Ciudad Obregón y Guaymas, Sonora, y desde 2021, las 16 Administraciones del Sistema Portuario Nacional (Asiponas), empresas públicas con ingresos vía el cobro de tarifas portuarias y por contratos con operadores privados.
Por decreto del 14 de octubre de 2022, la Semar incorporará también a su estructura a la entidad paraestatal «Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec», S.A. de C.V, misma que modificó su carácter, pues antes era el organismo público descentralizado Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec y tiene como objetivo fomentar el crecimiento de la economía regional.
Además, desde mayo de 2022, la Sedena y la Semar controlan las 50 aduanas del país, que no son empresas, pero generan ingresos por actividades de comercio exterior.
Al conglomerado de la Sedena se agregarán lo que por ahora son proyectos, pero que poco a poco se abren paso: la administración de seis hoteles, dos museos y dos parques ecológicos vinculados al Tren Maya.
Además, la nueva aerolínea que prestará servicios de transportación a terceros y estará a cargo del Ejército, para la cual se compró la marca “Mexicana de Aviación”, por 815 mdp, misma que se mantiene en negociación. En su flota de 10 aviones, originalmente estaría el avión presidencial Boing 787 Dreamliner, pero recién fue vendido al gobierno de Tayikistán.
LAS EMPRESAS DE LA SEDENA
CONSORCIO GRUPO AEROPORTUARIO, FERROVIARIO Y DE SERVICIOS AUXILIARES OLMECA-MAYA-MEXICA, S.A. DE C.V.
• Coordinado por: Secretaría de la Defensa Nacional
• Capital social: 1,000,000 de pesos cada empresa
Empresa de participación estatal mayoritaria
• Ubicación: Estado de México
• Presidente: General Agustín Radilla Suastegui
• Empresas que abarca:
• Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), S.A. de C.V. (Edomex)
• Aeropuerto Internacional de Palenque, Señor Pakal, S.A. de C.V. (Chiapas).
• Aeropuerto Internacional de Chetumal, Cuna del Mestizaje, S.A.
de CV. Ubicado en Campeche, ya existía y será modernizado.
• Aeropuerto Internacional de Tulum Zamá, S.A. de C.V. (Quintana Roo).
• Tren Maya, S.A. de C.V. (Recorrerá Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo).
Fuente: Decreto publicado en el DOF del 13 de abril de 2022.
Continuará…
REFORMAS A LA CARTA
Hasta ahora habían sido resoluciones de la Secretaría de Hacienda, fundadas en la Ley Federal de las Entidades Paraestatales, las que habían dado sustento jurídico a la conversión de las Fuerzas Armadas en un consorcio, al autorizar la constitución de empresas de participación estatal mayoritaria, como lo son las que integran el GOMM y Turística Integral Islas Marías.
Pero en 24 horas, el pasado 25 y 26 de abril, la Cámara de Diputados y después el Senado de la República, concretaron reformas legales para dar base legal a todos los planes del presidente López Obrador para que las Fuerzas Armadas administren y operen servicios, pero con perfil empresarial.
Con esas modificaciones, la Sedena podrá administrar aeropuertos sin licitación; tener a su cargo la operación de la línea aérea del gobierno y también la del Tren Maya; e incluso se le dotó de una fuente de financiamiento para encargarse de esta infraestructura ferroviaria a partir del impuesto que se cobra a los visitantes extranjeros.
Todos esos cambios fueron avalados por Morena y sus aliados, el PT y el Verde Ecologista: el primer bloque consistió en modificar la Ley de Aeropuertos y la Ley de Aviación Civil, para que pueda operar la línea aérea gubernamental.
Se creó la figura de “asignación” y se autorizó al titular de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) a “otorgar títulos de asignación a las entidades paraestatales de la Administración Pública Federal” tanto para la administración, explotación y construcción de aeropuertos –sin licitación de por medio–, como “para prestar el servicio público aéreo nacional regular”.
Esa asignación será prácticamente eterna, pues se indica que será “por tiempo indefinido” y sólo podrá terminar cuando “se acredite fehacientemente que ya no existe la causa de utilidad pública, interés público, interés general, interés social o por razones de seguridad nacional que lo justifique”.
Con esto, se justificó en el dictamen votado, “se sentarán las bases para crear una aerolínea paraestatal que democratice el servicio aéreo, posibilitando el acceso a un mayor número de personas, así como ampliar la conectividad en lugares que han sido desestimados por las aerolíneas comerciales, a la par que bajarán los costos de los boletos de avión y aumentará la calidad de los servicios”.
Otro paquete de enmiendas se hicieron a la Ley de Vías Generales de Comunicación, la Ley Reglamentaria del Servicio Ferroviario y la Ley Federal de las Entidades Paraestatales. Se incluyó que el Ejecutivo, a través de la SICT, podrá otorgar títulos de asignación de vías férreas a favor de entidades paraestatales y, como en el caso de la aerolínea, también con vigencia indefinida.
Esa entidad paraestatal beneficiaria de las reformas no es otra que el Grupo Aeroportuario (GOMM), el conglomerado empresarial a cargo de las Fuerzas Armadas y al que se asignará la operación del Tren Maya.
ENTRE LA SELVA. Tren Maya, S.A. de C.V., es otra de las empresas creadas para administrar el transporte turístico.
FOTO: José Luis González / Reuters
Pero para todos estos cambios legales, ni en las iniciativas, ni en ningún tramo de los procesos legislativos en las dos cámaras se solicitó o se presentó un análisis del mercado o la proyección del retorno de inversión para conocer si los proyectos –la aerolínea, los aeropuertos o el Tren Maya, entre otros- son económica y financieramente rentables y en cuánto tiempo.
De hecho, el tercer paquete de reformas, que involucró cambios a la Ley Federal de Derechos y a la Ley General de Turismo, tiene como fin dotar de recursos a la Sedena para aplicarlos a la infraestructura ferroviaria del Tren Maya, es decir, se le invertirán más recursos, en vez de que se proyecte generarlos.
La modificación legal consistió en establecer que el 80% de los ingresos que se obtengan por el pago de derechos que realizan turistas extranjeros ya no se irán al Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), sino a “la entidad paraestatal de la Administración Pública Federal cuyo objeto sea la administración, operación y prestación de servicios aeroportuarios, aeronáuticos, ferroviarios, turísticos y culturales” es decir, el GOMM, a cargo de la Sedena, pues no hay otra que realice tal amplitud de tareas.
Se le ordena incluso a esa paraestatal administrar esos recursos en un fideicomiso –como los que el presidente ha condenado, por opacos y presuntamente prestarse a la corrupción– y a constituirlo en los 120 días hábiles siguientes a la entrada en vigor del decreto.
Así, con estas reformas al marco legal, y presupuesto, las empresas “verde olivo” tienen garantizada su conclusión para el caso de las que están aún en obra, y su operación, para las que ya están en marcha, como es el caso del AIFA.
Es por ello, que el “Proyecto Tren Maya”, aún en proceso, tendrá este 2023 un presupuesto de 143,073.3 mdp manejado por Sedena, y el Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, S.A. de C.V de 7,053 mdp, ahora administrados por la Semar.
Es decir, sigue la inversión, aunque se desconoce cuándo podría rendir frutos, y su viabilidad es poco clara. El caso emblemático es el AIFA, obra ya concluida y en operación pero que aún tiene inyección de recursos presupuestales.
ADVIERTEN ‘SEDENAPROA’
Para expertos en turismo, seguridad y finanzas públicas, no está en duda la capacidad de las Fuerzas Armadas para construir u operar instalaciones, pero advierten que dedicarse a tareas ajenas podría conducir a un ‘Sedenaproa’, que deba rescatar a las empresas que fracasen bajo administración militar.
“El riesgo que corremos es tener empresas productivas del Estado que si no son rentables, acabemos rescatándolas todos”, advierte Alejandra Macías, directora ejecutiva del Centro de Investigación de Estudios Presupuestales (CIEP).
Para Gerardo Herrera, profesor investigador de la Universidad Iberoamericana y experto en el sector turismo, el riesgo es que se deben subsidiar los “eventuales yerros” de estas empresas, como el que puedan entrar al ramo hotelero y turístico sin preparar modelos de negocio.
“Históricamente, las empresas públicas en México son muy poco rentables o no lo son, y requieren recursos públicos para financiarse. Y en ese caso, el Ejército incursionará en una área sin tener experiencia ni alguna habilidad desarrollada”, subraya.
Pero el problema, ubica, es que “si el Ejército incurre en un emprendimiento de cualquier tipo que no es rentable, no veo cómo simplemente lo van a cerrar. Por el contrario, lo van a mantener, lo van a subsidiar con dinero de todos los mexicanos”.
Fernando Gómez, especialista en el sector aeroportuario y profesor invitado de la Universidad Panamericana, opina que el AIFA comienza a perfilarse como el primer descalabro de las empresas del Ejército.“Todo indica que pudiera tratarse del primer año en que subsidiaremos a ese aeropuerto, que no ha resultado el éxito esperado”, dice Gómez, al señalar que los ingresos obtenidos no son suficientes.
VERDE OLIVO. El AIFA es parte del conglomerado de empresas de las Fuerzas Armadas.
FOTO: Jesús Almazán
“Antes de abrir, el AIFA debió recuperar el grado de aviación 1 y amarrar aerolíneas para tener, al menos, el 10% de los movimientos del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), es decir, cinco millones de pasajeros al año, para un mínimo operativo y de ingresos”, expone.
De acuerdo con las proyecciones oficiales, el AIFA debió cerrar 2022 con 2.4 millones de operaciones, pero la Sedena solo cuantificó 912,415, es decir, 62% menos. Según el Informe de Evaluación de Gestión del AIFA, al primer semestre de 2022, el mes que abrió recibió para “necesidades reales de la operación 951 mdp”. A los tres meses de operación, recibió más recursos y al final cerró ese año con 1,328 millones de pesos recibidos, pues hubo modificaciones al presupuesto aprobado, según la Cuenta Pública de ese 2022.
Ahí se indica que el año pasado tuvo ingresos totales por 1,467 mdp. Pero, de ellos, el 90.5% fueron transferencias, asignaciones, subsidios y ayudas. Sólo 139 mdp fueron de ingresos por pago de tarifas de uso de aeropuertos, servicios aeroportuarios, comerciales y otros.
Y para 2023 se le presupuestaron 836 mdp, aunque ya está en funciones “opera con muy pocos vuelos y hay gastos de operación y salarios. El riesgo es tener empresas del Estado que si no son rentables, acabamos rescatándolas y subsidiándolas”, plantea Macías.
Ese subsidio se vislumbra en el caso del AIFA durante casi 14 años, a juzgar por la “visión” que expresa en sus documentos: “para el año 2036 (…) será una entidad consolidada en materia de calidad total para la prestación de servicios aeroportuarios, complementarios y comerciales; constituyéndose en un paradigma nacional e internacional de seguridad, eficiencia, eficacia, sustentabilidad y rentabilidad”.
Otras empresas de las Fuerzas Armadas no pintan mejor. México, ¿Cómo Vamos? estimó, con datos de la Secretaría de Hacienda, que el Tren Maya recuperará su inversión 17 años después del inicio de operaciones. Para el aeropuerto de Palenque, sería en 19 años y en 22, para el de Tulum. Es decir, se proyectan dos décadas de subsidios.
“
[CON ESTAS EMPRESAS] OTRA VEZ PODRÍAMOS TENER A UNA PARAESTATAL MUY PARECIDA A LO QUE ES PEMEX, QUE DE REPENTE NO SABEMOS EN QUÉ INVIERTE
”
Alejandra Macías,
secretaria ejecutiva del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
EMPRESA PÚBLICA DE LA SEMAR
TURÍSTICA INTEGRAL ISLAS MARÍAS, S.A.
• Coordinado por: Secretaría de Marina
• Capital social: 1,000,000 de pesos
Empresa de participación estatal mayoritaria
• Ubicación: Ciudad de México
Fuente: Decreto publicado en el DOF del 22 de septiembre de 2022.
¿SALVADAS DE OPACIDAD Y CORRUPCIÓN?
Los expertos ven con preocupación otro aspecto en la constitución de empresas militares y es que, a diferencia de lo que cree el presidente, no garantizan transparencia, rendición de cuentas, ni menores niveles de corrupción.
En el reporte ‘El negocio de la militarización’, México Unido Contra la Delincuencia documentó la opacidad en la Sedena. En 2021 se negó a transparentar el 78% de la información pública que se le solicitó y la reservó por seguridad nacional y en el 22% restante alegó su inexistencia.
En tanto, Mexicanos contra la Corrupción en su investigación ‘El aeropuerto del ‘dedazo’ militar’ concluyó que “prácticamente el 100%” de los contratos del AIFA fueron asignados directamente o por invitación restringida. Pudo revisar 1,233 contratos, pero 75% de ellos se los negaron. Los expertos advierten que se deberá poner lupa especial a las utilidades de las empresas, luego de que el presidente López Obrador anticipó que las utilidades derivadas de la aerolínea y del conglomerado de la Sedena, así como las del tren del Istmo, los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos, operados por la Secretaría de Marina, se utilizarán para solventar las pensiones de los integrantes de las Fuerzas Armadas.
El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles no ha logrado despegar y, a un año de operaciones, tiene alrededor de 30 vuelos al día.
FOTO: Jesús Almazán
Para Óscar Fonseca, director de la Escuela de Negocios del Tec de Monterrey, las Fuerzas Armadas pueden adoptar prácticas empresariales eficientes, son ágiles en tecnología y fuertes en la administración y gestión de personal, pero al darles tareas empresariales también se corre el riesgo de que concentren un gran control político.
“El uso de fuerzas armadas para funciones de administración (…) no es bueno para el Ejército ni para el fortalecimiento de nuestro sector privado. Tampoco es bueno para el control político de las instituciones democráticas: Al César lo que es del César’; se debe reforzar al Ejército para que haga funciones de apoyo a la sociedad y a las instituciones privadas para que sigan aportando al crecimiento de la nación”, considera.
David Saucedo, consultor independiente en seguridad pública, recuerda que el Ejército no es impermeable a la corrupción, por lo que es necesario que las empresas civiles y militares tengan los mismos controles.
“Desde hace rato el Ejército incurre en prácticas de corrupción ¿Qué es lo que va a ocurrir teniendo más dinero, más atribuciones y con opacidad con la que se maneja pues todo lo reserva? Pues va a haber más corrupción, de eso no tengo ninguna duda”, sostiene.
“EL EJÉRCITO NO ES IMPERMEABLE A LA CORRUPCIÓN. ESA ES UNA NARRATIVA FALSA DEL PRESIDENTE PARA JUSTIFICAR LA PRESENCIA DEL EJÉRCITO EN TODAS ESTAS ACTIVIDADES”
David Saucedo,
experto en seguridad.
CRÉDITOS: PORTADA Presidencia, Mario Jasso / Cuartoscuro, Jesús Almazán, Raquel Cunha / Reuters / DISEÑO Y PROGRAMACIÓN WEB Salvador Buendía / COORDINADORA DE FOTOGRAFÍA Betina García
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