Por Beatriz Pagés
La cita en el Zócalo es para volver a hacer historia. El pasado 13 de noviembre la “marcha rosa” logró derrotar en las calles la reforma constitucional del INE. Ahora sigue llenar el Zócalo y “tocar“ la puerta de la Corte para que ministros y ministras invaliden el Plan B.
El 26 de febrero habrá una cita inédita. Por primera vez ciudadanos de todos los signos, orígenes y procedencia social se reunirán frente a la fachada de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para pedir que sea respetada la Constitución y no se abra la puerta a una dictadura electoral.
La sociedad busca colocarse entre un presidente autoritario y el Poder Judicial para que los ministros hagan valen su independencia y voten en contra de una reforma que busca descuartizar al INE y facilitar la construcción de un fraude.
Los ciudadanos levantarán la voz para recordar que en toda democracia los jueces no pueden quedar al margen. Que no hay democracia sin justicia democrática. Que en este caso los integrantes del pleno judicial son agentes decisivos para defender la Constitución y los derechos humanos de los electores.
En la plaza de la Constitución flotará en el aire una pregunta: ¿Puede haber democracia sin ministros demócratas? Será una exhortación a que no se hagan cómplices de un monstruo que busca convertir a los electores en prisioneros de un sistema electoral despótico.
El Plan B busca regresar el país a la etapa más oscura y antidemocrática del pasado. López argumenta que detrás del rechazo a su reforma hay la intención de querer revivir el régimen de la corrupción y de agruparse en contra de su gobierno.
No, señor presidente, en el Zócalo habrá hombres y mujeres sin miedo, que con honestidad, de frente y sin trampas denunciará lo que usted esconde bajo los ropajes pestilentes de un reforma ilegal que mandó maquilar para robarse el voto de los mexicanos.
Ya nadie pone en duda la inconstitucionalidad de la reforma electoral. Huele, sabe, tiene ojos y pies de sátrapa. Propicia el secuestro del voto, roba a las mujeres derechos políticos, margina al indígena, al discapacitado y a la comunidad de la diversidad sexual.
Busca eliminar el Programa de Resultados Preliminares para esconder las tendencias en las urnas y convertir en una caja negra el resultado electoral. La estafa obradorista atenta contra la transparencia, la confianza y el respeto al voto.
La Corte es hoy el último reducto donde puede quedar a salvo la democracia en su más amplio sentido. De los ministros depende evitar que la incertidumbre electoral se convierta en violencia e inestabilidad política. Abrirán o cerrarán la puerta a la alternancia. A la dictadura o la expresión de la soberanía popular.
Sólo los autócratas creen que la justicia no puede aportar nada a la democracia. Por eso los ciudadanos llamaremos a la puerta de la Corte para pedir a los ministros que impidan un golpe de Estado, un fraude a la Constitución que despojaría al país de sus derechos y libertades.
@PagesBeatriz
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