El actual sistema de producción puede mejorarse, pero no mediante ocurrencias
Por Bosco de la Vega *
Presidente López Obrador: Desde su campaña, trabajamos en equipo en la Visión 2030 para el sector agroalimentario. En 2019, tuve el honor de acompañarlo en la firma del Acuerdo Nacional para la Autosuficiencia Alimentaria. Desafortunadamente, las metas de ese Acuerdo no se han alcanzado y seguimos con elevados niveles de importación de alimentos: 83.3% del arroz, 37.2% del maíz, 65.1% del trigo, 96% de la soya, 22.7% de la leche, 21.4% de carne de aves y 39.1% de carne de porcino.
La productividad en el campo es cada vez menor, y el responsable tiene nombre y apellido: Víctor Suárez Carrera, subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Sader, quien está obsesionado con un populismo agrícola que no le sirve a México. Por posiciones ideológicas, que ignoran los datos científicos y la experiencia en la materia de otros países, se han prohibido tecnologías necesarias, responsables con la salud y el medio ambiente, y en consecuencia se ha reducido la productividad del campo, somos menos competitivos y cada vez más dependientes de las importaciones de importantes productos.
Señor Presidente: El subsecretario no entiende cómo lograr la autosuficiencia, y con mentiras promueve su visión personal. Afirma que la agricultura empresarial es sustituible por técnicas agroecológicas, pero esta modalidad de producción es de bajo volumen y, a pesar de utilizar más superficie, trabajo y agua, es incapaz de producir los alimentos que necesitan 126 millones de mexicanos. Si no hay producción suficiente, la única salida será importar más, elevando la inflación.
Suárez ha prometido resolver, para 2024, la importación de 16 millones de toneladas de maíz amarillo, produciendo ocho millones en México, y trayendo ocho millones de maíz no transgénico desde el exterior. El problema es que en el país no se pueden producir tales toneladas adicionales en un año, y ni juntando a todos los países productores en el mundo se lograría traer la cantidad restante. Otros engaños del funcionario lo han llevado a decisiones en contra de transgénicos y el glifosato, que son necesarios para tener cultivos más resistentes y a precios más competitivos.
Ahora, Suárez busca prohibir los plaguicidas. Estos productos, que son medicinas para las plantas, aumentan la productividad y previenen pérdidas. Su ceguera ideológica le impide ver que, aún si se prohíben los plaguicidas, los alimentos que importaremos estarán tratados con los mismos plaguicidas que aquí se quieren erradicar, porque nuestros socios comerciales, de los cuales importamos granos y alimento, sí los utilizan, pues son indispensables para el cultivo eficiente y competitivo.
Sí: el actual sistema de producción puede mejorarse, pero no mediante ocurrencias. El mundo ha cambiado y con él, la agricultura. La innovación es necesaria y se debe buscar un equilibrio entre productividad, salud y medio ambiente, más cuando sabemos que la demanda de alimentos en las próximas décadas aumentará significativamente y nuestro país tiene todo para seguir siendo un proveedor cada vez más importante para el mundo. El retroceso dogmático no es el camino.
Señor Presidente: En sus manos está la seguridad y autosuficiencia alimentaria de México. Podemos hacerlo trabajando hombro con hombro, gobierno y sector privado, con base en la ciencia, las mejores prácticas y la buena voluntad. Regresemos a la aspiración que nos unió en 2019: lograr una autosuficiencia alimentaria que ponga comida en todos los hogares.
CUMULONIMBOS. ‘La innovación es un desafío y no un drama, una oportunidad y no una amenaza’. Amparo Moraleda.
*BOSCO DE LA VEGA, COLABORADOR / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial
@BOSCODELAV
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