Por José Roque Albín Huerta*
Del latín invidia, la envidia es el deseo de obtener algo que posee otra persona y que uno carece, se trata, por lo tanto, del pesar, la tristeza o el malestar por el bien ajeno, en este sentido, la envidia constituye el resentimiento, el sujeto no quiere mejorar su posición.
Las emociones son reacciones que todos experimentamos: alegría, tristeza, miedo, ira etc. Son conocidas por todos nosotros, pero no por ello dejan de tener complejidad, las emociones positivas tienden a potenciar la salud tanto física como mental mientras que las emociones negativas tienden a disminuirla, a su vez, las personas que gozan de un buen estado de salud tienden a experimentar más emociones positivas y menos negativas que quienes han perdido su bienestar.
La emoción de la envidia es única y se diferencia enormemente del resto de las emociones, a la mayoría de las personas se le hace muy sencillo decir que están tristes, enojados, decepcionados, celosos, aún, sin embargo, nadie se atreve a decir a viva voz que siente envidia, por el hecho de ser algo vergonzoso, bajo e infantil. Es una emoción que las personas más bien esconden.
El envidioso siente rivalidad con los demás y la necesidad constante de defenderse atacando, los envidiosos por naturaleza no pueden permanecer impasibles mientras alguien airea su felicidad o disfruta de sus éxitos, de tal manera que, las personas envidiosas se disfrazan con un fuerte carácter, con una personalidad manifiesta de aparente perfección y rectitud, en esa coraza esconden la baja autoestima y el deseo de todo lo que no tienen o de lo que los demás hacen.
Es una coraza impecable que resulta muy útil para esconder esa esencia donde habita la baja autoestima y el anhelo por aquello que tienen o hacen los demás, una persona envidiosa tiene un rasgo característico que, en ocasiones, no es capaz de ver en primera persona: todo lo que otros hagan mejor o posean en más cantidad o calidad, es objeto de su crítica y de la necesidad de ponerse por encima, ahora bien, los envidiosos al conocer cualquier acontecimiento o noticia excelente o bueno, se dan a la tarea de restarle importancia, menospreciarlo y desestimarlos, esta acción de restarle méritos a los triunfos del otro es una táctica necesaria con la que apaga su brillo y te ubica a su mismo nivel, pues los envidiosos no quieren ser superados o aventajados y mucho menos quieren competidores.
La envidia es por excelencia la necesidad de tener superioridad sobre los demás, para lograr su objetivo utilizaran cualquier medio, pues en cualquier situación buscan la manera de llevarse el mérito por todo.
Ahora bien, a la persona envidiosa en primer lugar le gusta menospreciar a las personas y hacer comentarios negativos sobre ella delante de otras personas, estos comentarios son inesperados por ello en muchos casos las personas no saben ni que decir ni qué hacer, todo esto lo hacen delante de personas para que la humillación sea aniquiladora y asumir poder sobre aquella persona.
Con el propósito de que su víctima caiga en sus redes, el envidioso te ofrece apoyo incondicional. ayuda. Sin embargo, cuando necesitas de ellos no están para nada. el envidioso es solo un amigo de sombra que no te ofrece en ningún momento afecto, cariño o complicidad. Las personas envidiosas tienen un lenguaje no verbal y por allí se pueden identificar, es decir, el sujeto envidioso demuestra alegría extrema ante una buena noticia que se le comunica y se le nota que dicho sentimiento es forzado, que su risa es falsa o muy poco natural, se puede observar la sobre actuación o lo fingido de su actitud, y con esta actitud solo espera que su envidia pase desapercibida.
Finalmente, la persona envidiosa ofrece apoyo incondicional, ayuda, sin embargo, cuando se necesita de ellos no están para nada, es solo un amigo de sombra que no ofrece en ningún momento afecto, cariño o complicidad, cuando las cosas le están saliendo excelentes, estas feliz, todo va a favor, el envidioso desaparece sin avisar, en algunos casos comienzas a verlo menos y es porque tu felicidad le recuerda su vida llena de frustraciones que en ningún caso se atreve a trabajar o sacar adelante.
Rector general del Centro Universitario Uteg*
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