Relato de Alejandro Moreno Medina
Intento compartir un breve relato de lo que fue para mi [no puedo hablar por los demás] la Travesía Baja Coast to Coast 2022
—Ha sido la sexta ocasión que cruzo del Océano Pacífico al Mar de Cortés.
En retrospectiva, esta edición y la primera han sido las más complicadas. En 2015 porque pagué la inexperiencia y, este año, por la mala broma que nos jugó la naturaleza con el huracán Kay que azotó la zona unos meses antes cambiando la geografía del desierto, sus brechas y los arroyos.
El primer día corrió sin novedad -para nosotros-. Encontramos sólo un arroyo sin agua que se había ensanchado y el caminar 500 metros sobre arena suelta fue muy demandante. No obstante, ese día habíamos concluido los primero 50 kilómetros llegando a la Misión de San Francisco de Borja de Adac con buena luz, eran unos minutos antes de las 4pm. Ya por el camino topamos caminantes que habían abortado la caminata y, desde muy temprano viajaban ya en vehículos de apoyo de Adixion.
—Seguro se trataba de personas que nunca habían caminado tanto, subestimaron el esfuerzo que demanda el ir por el desierto esa distancia o, sencillamente no se prepararon.
Conforme avanzaron las horas, ya sin luz, veíamos uno que otro caminante que concluía la etapa. Venían andando lento, con ampollas, pero contentos por haber superado el reto.
Eventualmente pudo llegar uno de los camiones con el equipo y con él, las noticias que todos los vehículos se habían atascados en el mismo arroyo que horas antes habíamos cruzado. El día terminó con un campamento en silencio. Las últimas unidades llegaron cerca de la media noche. Un número importante de senderistas llegaron en “la barredora” y la mayoría de se habría ido a dormir sin cenar. El Vehículo con la cocina no pudo llegar a tiempo para preparar los alimentos.
A la mañana siguiente salimos nosotros 5:30am. Con vehículo de apoyo propio y alimento y líquidos en nuestro auto, no era necesario esperar a que montaran cocina, empezaran a cocinar y salir a las 8am.
A mi edad, ya casi 68, ganarle al clima siempre ha sido una buena decisión. Anticipadamente me había alertado un amigo muy querido que el tramo San Borja – Agua de Higuera demandaba 4×4; una brecha entre montañas dónde ya antes los arroyos que la cruzan habían expuesto piedras que estuvieron cubiertas por tierra, Después de Kay, hoy era ir sobre ellas. Difícil, pesado, lento.
Concluimos los 29.5 de esta la 2da etapa, decidimos ir a Bahía de los Ángeles para aprovechar la tarde. Darnos un baño en una habitación que nos presta siempre Lizette Galván, comer algo y después volver al campamento. Hicimos lo primero pero la prudencia nos dijo: mejor descansen en Bahía y mañana con luz vuelvan al campamento 3 para iniciar la última etapa “Agua de Higuera – Bahía de Los Ángeles 32k….” los accesos a la brecha los había dibujado a capricho Kay y no se veía con claridad como bajaríamos de la carretera sin arriesgar atascar la camioneta. Sin Luz y nadie pendiente de nosotros. Así que repito, la prudencia nos dijo: “háganlo mañana” …
El domingo salimos 5:30 de Bahía. Llegamos al km 44.5 dónde debería estar a la bajada hacia la brecha y esta no se veía por ningún lado. Algunas personas caminaban sobre el asfalto buscando identificar por dónde saldrían los senderistas.
Debimos esperar a que saliera un vehículo para entender por donde habría que entrar y así volver al campamento para iniciar la caminata. Aldo [el organizador] buscaba otra ruta para evitar a los senderistas ir sobre piedras, minimizar algún accidente, asegurarse que los vehículos, todos, pudiesen salir.
—Llegamos al campamento, eché mochila con lo indispensable y empecé a caminar. Sólo, en silencio, y con sobriedad [igual que el Camino de Santiago].
?Terminé esta última etapa un poco antes de la 1pm, agradecido con Dios fui hasta la meta, toque las aguas del Mar de Cortés, me persigné y lance la piedra que traje desde el Pacífico. Terminaba sin ampollas y animado por haber podido concluir un año más la travesía. Ya por la noche atendimos la cena y premiación. Todos recibieron su certificado y medalla sin distingo. Era reconocer el esfuerzo cualquiera que este hubiese sido.
—Ya veremos si la vida me regala salud para la edición 2023 y hacerlo por 7ma ocasión… aquí dejo algunas imágenes para ustedes.
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