El vino, El Valle y la oportunidad de Marina del Pilar
Por Carlos Puig
Ensenada, Baja California. Hace un par de días terminó aquí el Congreso Mundial de la Viña y el Vino de la Organización Internacional del Vino (OIV), la más grande agrupación y el principal evento de la industria vitivinícola mundial.
Cientos de enólogos, empresarios del vino, expertos de todo el mundo se reunieron durante tres días para compartir conocimiento, discutir problemas, planear emprendimientos juntos. Un éxito.
El evento, sin embargo, se da en momentos en que el lugar anfitrión atraviesa una crisis. Años de crecimiento descontrolado que ha invitado a cualquier tipo de interés que, como en tantas ocasiones en México, se ha aprovechado de la nula aplicación de la ley y que tienen a la industria vitivinícola de Baja California en crisis.
Así describió la crisis la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales en un comunicado del pasado 7 de octubre: “en las últimas dos décadas, la región ha experimentado drásticas transformaciones que se expresan en el cambio de uso de suelo, deforestación, el desarrollo de proyectos inmobiliarios, sobreexplotación del acuífero, contaminación por uso de fertilizantes y plaguicidas, y recientemente la proliferación de antros y el desarrollo de espectáculos masivos”. Un dato que me regala Eduardo Guerrero: en 2016 hubo 24 víctimas del crimen organizado. En 2021 hubo 329.
Aquí en El Valle, los hombres y mujeres que llevan muchos años dedicándose al vino dicen una y otra vez que, si esto no se arregla, en diez años no habrá Valle. No este Valle.
Semarnat parece tenerlo claro y desde el año pasado ha emprendido acciones para ordenar el caos y en aquel comunicado anunciaba acciones conjuntas con el gobierno estatal.
Desde su campaña, la hoy gobernadora de Baja California dijo que sería la gobernadora del vino, pero las cosas no han mejorado mucho desde su llegada.
La semana pasada, anticipándose al evento de estos días, anunció “12 proyectos a concluir entre 2023 y 2025” para, de inicio, solucionar el problema del agua en la zona, uno de los más graves.
La pregunta es quién meterá al orden a otras autoridades de varios niveles que controlan buena parte de permisos de desarrollo —fuera de la ley—. En las carreteras del Valle se siguen ofreciendo terrenos para condominios y diversión en antros con cebras en donde el vino es el que menos importa.
Marina del Pilar tiene una enorme oportunidad para poner orden y desmentir el pesimismo.
Carlos Puig
@puigcarlos
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