Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Es imperativa la transformación profunda de los sistemas alimentarios; Suarez Carrera

  • Congreso Nacional de Producción con Sistemas Agroforestales Pecuarios
  • El cambio es ineludible y debe ser profundo y sistémico

CIUDAD DE MÉXICO. –  La transformación profunda de los sistemas alimentarios, con un escalamiento y multiplicación de los procesos sustentables y agroecológicos y con integración de las dimensiones social, productiva, de salud y de competitividad, es un imperativo de convivencia de la sociedad y de sobrevivencia colectiva, afirmó el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Suárez Carrera.

Al inaugurar el Congreso Nacional de Producción con Sistemas Agroforestales Pecuarios, realizado en la Ciudad de México, destacó que el medio rural es responsable de una tercera parte de los gases de efecto invernadero (GEI), debido a las formas de producción que han prevalecido desde la Segunda Guerra Mundial.

Esas formas de producción, regidas por la revolución verde y por las multinacionales de alimentos, hoy muestran su decadencia, están colapsando y llegan a su punto terminal, pues no son capaces de generar los alimentos que la población necesita y, al mismo tiempo, provocan daño ambiental, calentamiento global y desigualdad entre regiones, países e individuos, afirmó. 

“Todo lo que se hace en el medio rural, producción agrícola, ganadera, transporte de insumos y alimentos, propicia una tercera parte de los GEI y eso ha motivado la estigmatización de nuestro sector. Entonces, necesitamos asumir responsabilidades”, por lo que es el momento de actuar y realizar una transformación real, consideró.

Sostuvo que la transformación de los sistemas agroalimentarios implica una visión profunda: “No se trata de mejorar un poquito. La transformación debe ser sistémica y debe escalar y ampliarse. No estamos para seguir arrinconando las experiencias exitosas en sistemas agroforestales pecuarios que han realizados productores, técnicos, científicos a lo largo de décadas. No son experimentos ni programas piloto”. 

Precisó que la coyuntura actual de crisis inflacionaria y de carestía alimentaria y de insumos químicos abre la posibilidad de atender la necesidad urgente de realizar esta transformación. 

La coyuntura, abundó, ocurre por las secuelas económicas de la pandemia, por la recuperación económica del segundo semestre de 2021 –que propició la carestía de la energía fósil— y por el conflicto bélico en Europa del Este.

Suárez Carrera expuso que el nuevo paradigma implica dejar de ver de manera separada la producción agrícola, forestal y pecuaria. Debe haber integración de sistemas y confluir las dimensiones sociales, de sustentabilidad, de productividad, de salud y de competitividad, así como dejar atrás la súper especialización y la desintegración de procesos, comentó.

Asimismo, dijo, deben unirse y retroalimentarse los conocimientos de los productores con los técnicos y científicos, “lo cual va a permitir un enorme salto cualitativo en los sistemas productivos, y debe haber también, como de hecho la hay, una colaboración estrecha de instituciones públicas con unificación de objetivos y una interacción intensa con los productores y sus asociaciones, con la academia y con los investigadores. 

“En el país hay las capacidades suficientes científicas y humanas para afrontar el reto”, afirmó el subsecretario.

El presidente de la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG), Homero García de la Llata, señaló que “estamos convencidos de que la ganadería de México tiene grandes fortalezas; con el Gobierno, a través de Agricultura, debemos caminar hacia una ganadería sostenible”.

Se tienen grandes avances, como la genética y la sanidad, y en este sentido estamos trabajando, cerrando la pinza en el tema de trazabilidad, pero tenemos como asignatura pendiente el tema de la sustentabilidad de nuestros recursos, expuso. 

Indicó que se están haciendo esfuerzos para producir alimentos de manera sostenible y desmitificar el desprestigio que le quieren hacer a la producción de alimentos, en este caso, de tipo pecuario o de proteína animal. “Estamos cargando con la culpa de las industrias y empresas que están siendo las realmente contaminantes en el mundo”, apuntó. 

El presidente de la Federación Mexicana de Lechería (Femeleche), Vicente Gómez Cobo, aplaudió la realización del Congreso, pues impulsa el intercambio de conocimientos e ideas para promover la producción sustentable de leche.

El director general de Instrumentación y Forestería de la Secretaría de Bienestar, Julio César Gerónimo Castillo, señaló que el programa Sembrando Vida cuenta con 443 mil sembradores que trabajan con sistemas agroforestales, que representan –dijo— “una combinación que suma lo social, lo cultural y lo productivo. Este modelo aporta lo que requiere la sociedad y cuida el ambiente”.

El director de Vinculación de Investigación Institucional e Interinstitucional del Instituto de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), Efraín Cruz Cruz, resaltó la labor que realiza la Estrategia de Acompañamiento Técnico en Leche, en el marco del programa Producción para el Bienestar y donde INIFAP es parte fundamental. 

Iniciamos hace un año en siete regiones, con 90 técnicos. En la primera etapa realizamos diagnósticos y en la segunda transferencia de tecnología y capacitación a los productores beneficiarios, que son lecheros de pequeña escala que transitan hacia sistemas sustentables de producción, anotó. 

En la inauguración del Congreso también participaron por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Agustín Ávila Romero; por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Olivia Sparza; por el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, Fabiola Ramírez Hernández, y por Liconsa, Víctor Hugo Pérez Rojas.

Asimismo, el director general del Colegio de Postgraduados (Colpos), Juan Antonio Villanueva Jiménez; el rector de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), José Solís Ramírez, y en representación de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, Gabriela Gómez Verduzco.