Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

¿En qué son diferentes?

Por Eliott Valdez Montaño

¿Qué hubiera pasado si Francisco Vega de Lamadrid, José Guadalupe Osuna Millán, Eugenio Elorduy o cualquier otro gobernador panista se hubiera aparecido (siendo gobernador) en un mitin de campaña de alguno de sus candidatos?

¿Qué hubiera pasado si algún gobernador panista hubiera tomado el avión de Gobierno del Estado para irse de vacaciones (o con cualquier otro fin personal) a San Diego, Los Ángeles, Los Barriles o cualquier otro destino?

¿Qué hubiera pasado si diputados panistas o priístas piden licencia para irse a operar una campaña dentro de un proceso electoral?

Los morenistas se hubieran rasgado las vestiduras y exigido a los cuatro vientos la cabeza de dichos funcionarios.

Pero oh sorpresa…

La gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda aparece modelando una camiseta alusiva a la jornada de revocación de mandato en un evento a favor de la permanencia del presidente López Obrador, celebrado en Tijuana.

Se da a conocer que se utilizó un avión de la Guardia Nacional para transportar a Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, y a otros funcionarios de la Ciudad de México a Torreón, de Torreón a Hermosillo y de la capital de Sonora de regreso a la CDMX. Cabe destacar que en dichas ciudades se llevaron mítines de apoyo a la ratificación de AMLO.

En el Congreso de Baja California, cuatro diputados de Morena solicitaron licencia para irse a operar políticamente a favor de que el presidente se quede en su cargo.

Entonces, ¿cuál es la diferencia?, ¿por qué los panistas y los priístas fueron condenados y denostados por estos actos irregulares y aquí no se dice ni pío?, ¿con qué cara dura salen a decir que en este caso, el de la revocación de mandato, acuden como ciudadanos y que tienen derecho y libertad de hacerlo?

Por lo menos, los y las diputadas tuvieron la decencia de pedir licencia, porque el cargo para el que fueron electos se ejerce las 24 horas, pero en el caso de los gobernadores, no ví ni a Ávila Olmeda, ni a Durazo, ni al alcalde de San Luis, Santos González, separarse del cargo para andar en la grilla.

Por eso repito, ¿no que eran diferentes?, prácticamente con estas acciones se le están rebelando al presidente, ya que él mismo dice “no somos iguales”, lo sentimos mucho, pero en realidad sí lo son, y hasta peor, porque nos prometieron (y digo nos, porque fuera máscaras, muchos creímos) que serían el cambio. Lamentable decepción.

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