La ruta del queso, el vino y el bosque (parte I)
Por Reynaldo Magaña*
El Valle de Ojos Negros al pie de la Sierra de Juárez en Baja California, con el conjunto de núcleos agrarios que ahí se asientan, forman hoy una gran alternativa turística que ofertar para extranjeros, nacionales y locales que buscan la diversidad de sitios para disfrutar (y escapar), particularmente en la realidad pandémica que nos aqueja a nivel mundial.
Los ojos de propios y extraños están puestos en la zona rural. Las ciudades en términos sanitarios resultan un riesgo, razón por la cual la población está dirigiendo su mirada a la zona rural de cualquier parte del planeta, sobre todo lo que encuentran más cercano.
Bajo esa tesitura, se constituye la ruta del queso, el vino y el bosque, ubicándose desde el ejido Piedras Gordas en la colindancia Este de la ciudad de Ensenada, hasta el parque Nacional Constitución de 1857, mejor conocido como Laguna de Hanson, en lo alto de la montaña de la Sierra de Juárez.
El negocio más destacado al inicio de esta travesía, es la vinícola Piedras Gordas, ubicada en el kilómetro diecisiete de la carretera Ensenada-San Felipe. Desde luego no debe descartarse rancho El Tule, en las cercanías del ejido Piedras Gordas, que durante muchos años ha sido punto de reunión bohemia de los citadinos ensenadenses que gustan de dar una vuelta por el lugar para escuchar música generada por los propios visitantes, probar el vino Sangiovese que se produce ahí, la comida vaquera y el queso regional.
Al llegar al Valle de Ojos Negros, que está lleno de cultura e historia, encontraremos los ejidos Real del Castillo Viejo donde en 1890 se asentó la capital de Baja California, Sierra de Juárez, Real del Castillo en el corazón del Valle, Laguna de Hanson, en la parte noreste, La Huerta, con los indígenas Kumiay, habiendo sido ellos los primero pobladores de toda esa región y el ejido Cordilleras Molina, ubicado en lo alto de La Rumorosa, observándose a lo lejos desde ese imponente horizonte de montañas, la Laguna Salada y El Cerro del Centinela, cercano a la ciudad de Mexicali.
Con las propuestas para detonar la zona, con seguridad que se convertirá en un polo de desarrollo eco turístico y rural. El Valle de Guadalupe podrá decantarse hacia el Valle de Ojos Negros, con la construcción de la carretera que acople esos dos sitios, potenciándolos a ambos y repercutiendo económicamente en todo el Estado.
Con la experiencia de crecimiento que ha tenido el Valle de Guadalupe, es importante prever el desarrollo urbano rural de Ojos Negros, para no incurrir en los inconvenientes que hoy están sufriendo pobladores y empresarios de aquella región.
Constituir un Consejo de desarrollo regional, con la participación de todos los sectores y las autoridades de los tres niveles de gobierno, sería de la mayor importancia.
También, hacer un catálogo de los atractivos de estos bellos lugares de la campiña bajacaliforniana, será de mucha utilidad para la planeación y la propuesta turística.
*El autor especialista en derecho agrario y promotor de economía solidaria
Twitter: @ReyMagaa
Facebook: Foro Agrario México
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