Nuestra historia
Por Gladys Villalobos*
Etimológicamente la palabra otoño significa “Plenitud del Año”. La plenitud la entendemos como madurez, como satisfacción, como un estado de gracia. “Me siento plena o pleno”, es una frase acompañada de una emoción agradable, sinónimo de bienestar.
El otoño podría asociarse con decadencia por la sequedad de las hojas y la caída de estas de los árboles. Contrario a lo que podemos pensar, el otoño representa el período en que los cultivos florecen, permitiéndonos la recolección de la cosecha. El término otoñada indica la cosecha de los productos de la tierra y abundancia de pastos en esta estación del año.
Cuantas veces nos ha pasado que nos dejamos llevar por una apariencia, por lo que vemos, no profundizamos en la información y hacemos una opinión o un juicio por desconocimiento. El otoño me resulta una analogía de este comportamiento humano. En apariencia no vemos la colorida coquetería de la primavera; la sobria generosidad del otoño a veces pasa desapercibida.
Cuántas veces nos hemos sentido salvados por ese pequeño restaurante de modesta personalidad a la orilla de una carretera, que nos alimento el cuerpo y el espíritu; donde nos ofrendaron los alimentos hechos con amor.
Cuántas veces nos hemos sentido defraudados por la frialdad con la que fuimos tratados en ese pretensioso restaurante lleno de detalles, de un menú con platillos de nombres compuestos. Costra de cerdo en salsa esmeralda equivalente a Chicharrón en Salsa Verde. Espacios donde reina la estética, pero carecen de pasión: No siempre, no todos, pero seguramente mas de uno lo hemos vivido.
Algo parecido nos puede suceder con las personas. Atrás de cada uno de nosotros hay una historia. Desconocida para muchos, a veces hasta para nosotros mismos. En el baúl de nuestra historia vamos acumulando pensamientos, sensaciones, ideas, manías y, sobre todo, prejuicios.
Los prejuicios, influyen, mientras no llegamos a la conciencia de ellos y trabajamos en erradicarlos, en todo lo anterior. Un prejuicio es una opinión preconcebida, generalmente negativa, hacia algo o alguien y puede determinar decisiones, relaciones, opiniones, toda una vida.
Si revisamos nuestro historial con honestidad, seguramente encontraremos prejuicios que influyen en nuestra cotidianidad y de qué forma hemos padecido por prejuicios ajenos hacia nosotros. Algo cierto, es que algunos de nuestros prejuicios son heredados. Esos en ocasiones, incluso son más difíciles de detectar. Te invito a hacer una pausa ¿Puedes detectar alguno?
“Lo Extraordinario de lo Cotidiano”, un espacio donde cada día es un motivo. Valoro tu tiempo.
*Cachanilla de nacimiento, comunicóloga de profesión, amante del cuerpo por vocación. Crecí análoga, me convertí digital. Asesora en Comunicación, Redactora de Contenidos, Fotógrafa. Instructora 450PMA Pilates/ 200RYT Yoga. Mi sitio: gladysvillalobos.wordpress.com/ Contacto: [email protected]
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