Por Jesús Victor Ferrer C.
Estimado Señor Director
El CONACyT es un organismo público descentralizado del gobierno federal dedicado a promover y estimular el desarrollo de la ciencia y la tecnología, así como para apoyar a estudiantes de educación superior, con el fin de que realicen estudios de posgrado en universidades con reconocida excelencia académica dentro y fuera del país.
A principios de noviembre de 2018, AMLO anuncio que María Elena Álvarez-Buylla Roces, seria designada como Directora de esa institución y al observar su brillante curriculum, se explicaba porque llegaba a esa posición.
Bióloga y Maestra en Ciencias por la Facultad de Ciencias de la UNAM, Doctora en Ciencias por la Universidad de California y formación posdoctoral en la misma institución, investigadora invitada del University College en Londres, Inglaterra. Poseedora de 58 distinciones y becas; Premio de Investigación de la Academia Mexicana de Ciencias 1999; Premio Ciudad Capital 2008 del Gobierno del D.F., Premio Universidad Nacional 2010, y como colofón Premio Nacional de Ciencias 2017 en la categoría de Ciencias Físico-Matemáticas y Naturales.
Toda una eminencia…pero yo tengo otros datos.
Nadie se imaginó que con ese palmares, se iba a subir a un ladrillo y al perder el piso, “se mario”, de tal forma que desde antes de asumir el cargo, empezó con una serie de problemas que se han ido encadenando, hasta llegar a un enfrentamiento con un importante sector de la comunidad científica, que raya en el escándalo, tanto en el ámbito de la justicia penal, como en los medios de comunicación, hechos que han traído como consecuencia que el asunto científico y académico del CONACYT pase a segundo plano.
La directora inicio su atropellada gestión, dirigiéndole una carta al saliente director del CONACyT, a quien ordenaba suspender convocatorias que impactaran en el presupuesto que ella manejaría, asunto que contravenía lo establecido, porque las convocatorias se tienen que lanzar con meses de anticipación por los tiempos en que el beneficiario las va a ejercer.
Como verdadero chivo en cristalería, siguió con una serie de nombramientos que rayaban en lo absurdo, contratando a Edith Arrieta Meza en la subdirección de la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados, cuando contaba únicamente con un título de diseño de la Universidad Jannette Klein o nombrar a David Ledesma como subdirector de Comunicación, carente de formación científica y sin título universitario.
Pero no paró ahí, en enero de 2019 designó a Raúl García Barrios, su exesposo y padre de su hija, como participante de los Programas Nacionales Estratégicos del Consejo y a su excuñado, Luis García Barrios, como Coordinador territorial del Sureste del CONACyT, por lo que? fue presentada en la plataforma change.org una petición a la Presidencia de la República para que fuera destituida.
El 23 de abril del 2020, aseguró durante la conferencia en la que se presentaba el informe diario de Covid-19, que tendría listas 700 respiradores de cuatro tipos, cuyo costo de fabricación ascendería a 300 millones de pesos para el 15 de mayo. El compromiso fue tener respiradores invasivos de tecnología 100 por ciento mexicana más económicos de los que se pueden comprar en el extranjero, sin embargo, a finales de mayo de 2020, los ventiladores no estaban listos y es fecha que no lo están, pero la funcionaria negó el compromiso que había hecho.
El martes 13 de abril de 2020 anunció que estaba por iniciar el ensayo clínico Fase 1 en humanos de la vacuna mexicana contra Covid-19 llamada ‘Patria’. Dijo que para finales de 2021 sería puesta a disposición de Cofepris para su aprobación en uso de emergencia.
El objetivo de que México fuera capaz de producir su propia vacuna contra el Covid-19, era ahorrar hasta un 855% respecto a la adquisición de vacunas en el extranjero.
100 por ciento más barato sería gratis: ¿pero 855 por ciento…?
La dichosa vacuna no fue creada en el CONACYT, el proyecto fue elaborado en Estados Unidos por Weina Sun, Florian Krammer, Adolfo García-Sastre y Peter Palese, estaría siendo planificada como una vacuna de bajo costo y fue con la firma especializada en veterinaria, Laboratorio Avi-Mex S.A., con quien se habría signado un acuerdo para las pruebas.
En julio de 2019, 50 investigadores y científicos del país entregaron una carta a la Presidencia de la República solicitando terminar con las reducciones presupuestales realizadas por la titular del CONACyT adjuntando 11 mil firmas.
En agosto de 2019, estudiantes becados por el CONACyT para realizar sus estudios en el extranjero, denunciaron que los apoyos financieros habían sido suspendidos de forma arbitraria desde abril sin que el Consejo aceptara dialogar con los afectados y sin que dilucidaran las razones de la suspensión de becas.
El 23 de abril de 2020, Álvarez-Buylla, en una de las “mañaneras” de AMLO, al dar cuenta de ciertas carencias de la estructura científica mexicana en la lucha contra el coronavirus, se refirió a un supuesto modelo de ciencia “neoliberal” que habría dominado la política científica de los últimos sexenios como la principal causa de esas carencias.
La cereza del pastel de todos estos enredos, es la acusación en contra de 31 científicos a las que la FGR acusa de los delitos de peculado, uso ilícito de atribuciones y facultades, lavado de dinero y delincuencia organizada, por lo que tendrían que ser confinados en un penal de alta seguridad, donde se encuentran los peores criminales.
En dos ocasiones un juez federal negó en definitiva girar órdenes de aprehensión porque los hechos imputados no podían analizarse mediante el derecho penal, considerando que no se presentaron elementos suficientes para llamar a los señalados a juicio.
Se estableció que los recursos económicos que recibió el Foro Consultivo, Científico y Tecnológico, Asociación Civil, por parte del CONACYT, se realizó al amparo de la Ley de Ciencia y Tecnología, vigente en la época de los hechos y porque su manejo había sido auditado y aprobado por las instancias correspondientes, pero aun así, insiste en encarcelarlos aunque se lava las manos y dice que ella no sabe nada de ese asunto.
Total, un verdadero desastre la actuación de la laureada María Elena Álvarez-Buylla Roces.
En concreto: Mucha buylla y pocas nueces.
Un saludo
Más historias
Arcas federales vaciadas
¡El G20: mentiras de la Presidenta!
Entre Bancos, Empresarios, Políticos, .. y otros temas