Por Guillermo Castañares
La mayoría de economías han salido a flote de la crisis sanitaria vista el año pasado, sin embargo, el COVID-19 ha traído consigo un aumento de precios de varios insumos, por lo que el reto de las autoridades será identificar si estos son transitorios o generalizados, así lo aseveró el director general del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), Agustín Carstens.
“Los desafíos clave para las autoridades para distinguir entre cambios transitorios de precios relativos y aumentos de precios generalizados, y para encontrar una manera creíble de comunicar esto a la sociedad para mantener sus expectativas de inflación ancladas”, aseveró y añadió que, hasta el momento, estas lecturas han sido bien manejadas por los bancos centrales.
Comentó que las insolvencias serán otro problema que se arrastre de la crisis sanitaria, principalmente en el sector corporativo, y donde las Pymes (Pequeñas y medianas empresas) serán las más afectadas, pues aumentarán su apalancamiento tras el fin de los apoyos que varias economías otorgaron el año pasado.
“Otro riesgo es el potencial de insolvencias en el sector corporativo, principalmente en las Pymes. Las políticas de apoyo a las moratorias de la deuda, las garantías de la deuda y las bajas tasas de interés eran importantes para ayudar a las empresas a sobrellevar la tormenta, sin embargo, se han desacelerado y han aumentado el apalancamiento y el endeudamiento de las empresas”, abundo en el marco del “Financial Crisis Forum 2021” promovido por Yale School of Management.
“Esto significa riesgos de que las empresas no puedan reparar sus préstamos cuando suben las tasas de interés”.
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