Por Eduard Martín-Borregón *
Uno de los problemas que ha enfrentado el gobierno del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, es el desabasto de medicamentos. El mandatario ha señalado que existe un “monopolio de medicamentos”, por lo cual vetó a tres grandes distribuidoras farmáceuticas. Los datos del proyecto “Salud, Dinero y Corrupción”, que hoy publica la organización PODER, dan cuenta de ese monopolio: 1% de los proveedores (278) recibió 78% del monto contratado de medicamentos e insumos médicos que realizó el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) entre 2008 y 2018. El proyecto también calculó el sobreprecio de las compras, que es de aproximadamente 18,400 millones de pesos (925 millones de dólares al tipo de cambio actual), y solo 10 empresas acaparan 15% de ese sobrecosto.
La decisión gubernamental de frenar esas compras a monopolios, basada en datos similares, parece acertada. Sin embargo, las acciones que el presidente ha tomado desde entonces para mejorar el acceso a la salud de toda la ciudadanía no parecen ser las más adecuadas. El desabasto de medicamentos continúa y tiene una solución simple: comprar más y de mejor forma. La austeridad que presume el gobierno no debería hacerse a costa del cumplimiento de la garantía de derechos, más cuando en México el gasto aún se puede eficientar mucho. Más allá del tema del desabasto, preocupa también la falta de transparencia en esta administración respecto a las compras de esos mismos medicamentos.
En los últimos dos años y medio el Colectivo Cero Desabasto ha recopilado más de 4,200 reportes de escasez de medicamentos. Los padecimientos en los que más se reporta desbasto son cáncer, diabetes, hipertensión y VIH. En todos estos casos una interrupción de la medicación puede ser fatal. Esto sucede, además, en un contexto de pandemia, por lo cual se han reducido las consultas regulares en los hospitales públicos, por lo que se diagnostica y receta menos de lo habitual.
En el proyecto “VivirConVIH”, en el que se analizaron 9,659 compras de antirretrovirales entre 2017 y 2019, se encontró que el país compraba medicamentos, en promedio, 73.21% por encima de los precios de referencia de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Comparado con los otros cinco países del estudio —Bolivia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala y Perú—, México fue el que más caro compraba.
Para “Salud, Dinero y Corrupción”, el 3 de mayo enviamos 15 preguntas al IMSS para que explicara los problemas que detectó en los procesos de compra en los sexenios pasados. Entre las preguntas no contestadas está: ¿El IMSS realiza o realizó algún análisis de los precios de compra de medicamentos para detectar sobrecosto o corrupción?
Una mala compra generará desabasto y el desabasto, compras de emergencia que, como se ha visto en la pandemia, son más caras. La Secretaría de Salud de Ciudad de México compró 7,700 mascarillas N95 por 216 pesos cada una (10.2 dólares), casi 42% por encima del precio promedio al que siete países de América Latina compraron este mismo insumo.
Además de los sobrecostos, la falta de transparencia actual es preocupante. A finales de 2018 se dejó de alimentar de forma consistente el portal Compras IMSS, donde el instituto y todas sus delegaciones detallaban, por medicina o insumo médico, el costo unitario, la cantidad de productos y la unidad responsable. De acuerdo a una solicitud de información del 5 de marzo, “el portal de Compras se encuentra en proceso de mantenimiento, actualización y reestructura”. La dependencia no especificó cuándo volverán a actualizar los datos, pero hasta hoy no funciona.
La opacidad no está solo en el gobierno mexicano. López Obrador firmó el año pasado un acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) para la compra de medicamentos e insumos médicos en el extranjero y, según sus palabras, “garantizar el abasto y el derecho a la salud” en México.
Pero la UNOPS tampoco parece estar interesada en transparentar los datos de compras del país. A la petición de acceder a los precios de referencia del Observatorio Regional de Precios de Medicamentos, la UNOPS contestó que solo están disponibles para países que contribuyen con datos o vía un pago no especificado.
“¿Cómo se plantea abrir las compras que la UNOPS hace para México?”, se le preguntó el 4 de mayo en un cuestionario que hasta hoy no han contestado. Aunque publican algunos datos en la web United Nations Global Marketplace, donde revelan los medicamentos comprados, el proveedor y el importe total, es información mucho menor a la que la UNOPS tiene acceso o a la que se publicaba antes en Compras IMSS.
La lucha contra la corrupción, uno de los estandartes con los que llegó al poder López Obrador, debe ir de la mano de expandir el cumplimento de derechos. Para el acceso a la salud, la ciudadanización de esta lucha debe incluir exhaustivos procesos de transparencia que permitan la rendición de cuentas externa. Para ello, las más de dos millones de adquisiciones del Portal Compras IMSS se pueden encontrar de forma fácil y accesible en la web QuiénEsQuién.Wiki.
Este es un primer paso para evitar la compra de medicamentos a monopolios que incrementan los precios de los mismos para su beneficio. Pero sin un cambio radical de gestión de la información de instituciones dedicadas a velar por la salud como el IMSS, la UNOPS o la OPS, el gobierno no conseguirá “transformar a México”, uno de los slogans de López Obrador. Sin medicamentos no hay transformación.
*Eduard Martín-Borregón es director de Datos, Periodismo y Tecnología en la organización PODER.
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