Mentiras del mitómano
Por César Villalobos López
Estamos convencidos de que al gobernador Jaime Bonilla Valdez nunca le ha interesado el municipio de Mexicali, pero mucho menos la zona rural y, la agricultura, nunca ha estado en su visión. Nos llama la atención la facilidad con la que sus funcionarios le engañan, a menos que él sepa que lo que le dicen es una soberana mentira y está de acuerdo con ella para simular que todo marcha a las mil maravillas.
En la cuestión agrícola no nos sorprende con las mentiras del economista sonorense y ex ganadero, Hector Haros Encinas, quien ha encontrado en el FOGABAC y en su eterno administrador un buen distractor para aparentar que hace, lo que no.
Recientemente, Haros Encinas presumió ante el gobernador Bonilla Valdez tener una superficie record de siembras con un total de 162 mil 726 hectáreas, cuando el año anterior, el 2020 se establecieron 163 mil 801 hectáreas.
La diferencia no es mucha, pero este ciclo del 2021 son menos hectáreas que el homologo anterior.
Desde el mes de marzo del año pasado, cuando inicio la pandemia del Covid 19, Haros Encinas, de hecho, emigró a Tijuana, de donde diariamente, luego seguido y después muy a la larga, bajaba a Mexicali.
Pero, aun así, el hombre que dio vida a la Secretaria del Campo, ha pretendido tapar el sol con un dedo y ha sido cómplice de los deficientes manejos en el Comité Estatal de Sanidad Vegetal y del aprovechamiento del agua en forma gratuita para regar terrenos usufructuados por un particular y propiedad de un patronato que buscan desaparecer.
Lamentablemente, los agricultores del valle de Mexicali están aletargados o les faltan pantalones para reclamar y solo lo hacen en charlas de café, pero continúan subyugados por los floricultores y horticultores de la costa, gracias a la entrega que del Comité Estatal de Sanidad Vegetal hizo el ahora diputado federal Jesús Salador Minor Mora, a los gobiernos del PAN.
Pero no es todo, la inutilidad del voraz gerente del Comité Estatal, para cumplir con la ejecución de labores culturales en el algodonero, se ha convertido en un obstáculo para los agricultores que pretenden sembrar algodón, por la exigencia de que por adelantado y en efectivo, depositen 5 mil pesos por hectárea, como garantía del desvare y el barbecho.
El principal problema es que las medidas se aplican a raja tabla, a todos los iguales, cuando existen empresas que por muchos años han efectuado los desvares y los barbechos, por estar conscientes de que la regresión de las plagas seria desastrosa para la economía del valle.
A ojos de los funcionarios de la Secretaria de Agricultura y de la del Campo, esos trabajos no se vienen realizando desde hace varios años y oficialmente, el encargado de la delegación, acepta que son más de mil 800 hectáreas, mientras que en el campo se habla de varios miles.
Después del desprecio del gobernador a los planteamientos algunos productores que pretenden asumir liderazgos y se arrugan de los primeros rechazos oficiales, algunos iniciaron un peregrinar para llamar la atención y ser tomados en cuenta como posibles candidatos, unos lo lograron, otros, no y algunos colaron a sus familiares.
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