La floración precoz de los cerezos, alerta sobre calentamiento global
Por Norma L. Vázquez Alanís
Un espectáculo de inmensa belleza y tradición para los japoneses, se convirtió en una señal de alarma del calentamiento global: este año la floración de los cerezos rosas de Kioto fue la más temprana en mil 200 años de acuerdo con datos de la Universidad de la Prefectura de Osaka, ya que el florecimiento máximo de estos árboles se situaba en el 17 de abril y en 2021 tuvo lugar el 26 de marzo, de manera que superó el récord de florescencia temprana que databa del 27 de marzo de 1409, casi un siglo antes de que Cristóbal Colón navegara hacia el Nuevo Mundo.
Los cerezos florecen cuando sus hojas dejan de liberar una hormona que se ocupa de impedir que esto ocurra; la misma se frena cuando las temperaturas comienzan a ser más cálidas y permite que aparezca la flor; ahora no sólo fue en la fecha más adelantada de los últimos años, sino que, de acuerdo con datos de Yasuyuki Aono, doctor en ingeniería ambiental agrícola y profesor de ciencia medioambiental en la Universidad de Osaka, podía ser la más precipitada de la historia.
Este especialista ha recopilado una base de datos sobre la germinación plena de los cerezos durante varios siglos, que incluyen documentos judiciales del Kioto Imperial (la antigua capital de Japón), así como diarios medievales y poemas locales. Aono se encarga de rastrear estos documentos e indicó que, con base en lo que él ha encontrado, la floración más prematura había sido el 27 de marzo del citado 1409, así como en 1612 y 1236.
Para Aono, la floración precoz de los cerezos es una señal innegable del cambio climático, pues a medida que aumentan las temperaturas, el inicio del suceso es más pronto. Otros científicos coinciden en que este adelantamiento es resultado innegable del calentamiento global.
Desde el año 812 las autoridades de Japón llevan un registro del primer día en que la flor de cerezo abre por completo; este archivo representa la anotación más larga y profunda de ciclos biológicos de vida de cualquier parte del mundo, con 732 fechas asentadas que abarcan desde el siglo IX hasta la actualidad; lo han mantenido emperadores, aristócratas, gobernadores y monjes a lo largo de los siglos.
Gracias a esta extensa base de datos, que usa fuentes históricas y notificaciones contemporáneas, el país nipón puede visualizar los efectos locales del cambio climático.
En 2020 las temperaturas globales estuvieron entre las más altas anotadas en los documentos y rivalizan con las de 2016 como las del año más caluroso de la historia del planeta, según datos internacionales recopilados por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) publicados en enero pasado.
Los científicos consideran que el ascenso de aproximadamente 3.4 grados Celsius en la temperatura de Kioto en los últimos 150 años está directamente relacionado con la floración adelantada de los cerezos, aunque también es probable que influya la acumulación del calor asociado con la urbanización creciente de la urbe.
Pero el fenómeno no sólo se produjo en Kioto, en otras ciudades de Japón como Tokio los cerezos florecieron 12 días antes de la fecha normal; en Hiroshima se adelantó ocho días al récord anterior del 19 de marzo establecido en 2004. Fukuoka y Kochi observaron la floración precoz el 12 y 15 de marzo, respectivamente.
Aunque Japón no fue el único caso, pues un artículo publicado en el diario estadounidense The Washington Post informó que esa misma tendencia se estaba replicando con los cerezos de la cuenca Tidal, en la capital de Estados Unidos, según datos del Servicio de Parques Nacionales (NPS, por sus siglas en inglés).
“En 2021, las flores en Washington alcanzaron su punto máximo varios días antes del promedio reciente de 30 años; en 2020 su floración plena fue el 20 de marzo, la más anticipada desde 2012 -cuando ocurrió en igual fecha- y empató en el tercer lugar más adelantado que se consignó en el registro de 99 años del NPS que data de 1921. Los únicos años con fechas de floración anteriores fueron 1990, el 15 de marzo, y 2000, el 17 de marzo”, señaló el rotativo.
Consecuencia del cambio climático, coinciden científicos
Históricamente la temporada de hanami, esta antigua costumbre que se traduce como «observación de flores» específicamente de los cerezos o sakura (en japonés), que reúne a la gente bajo los árboles para reflexionar sobre la magnificencia de la naturaleza y celebrar la vida, iniciaba en abril, pero esta fecha se adelanta desde el último siglo y ahora se produce en marzo. La razón más probable es el cambio climático, opinan los científicos.
Como este es el noveno año consecutivo que el florecimiento ocurre antes de lo previsto, el climatólogo, geofísico y académico del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica de Estados Unidos, Michael Mann, dijo que el momento en que florean los cerezos es una de las mediciones históricas ‘proxy’ que los científicos miran para reconstruir el clima pasado.
Un ‘proxy’ climático, también llamado indicador paleoclimático, es un apunte de particularidades biofísicas del pasado que se destina a la medición de condiciones meteorológicas y así sirve para la reconstrucción de las características climáticas de momentos históricos.
En este caso, ese ‘proxy’ nos está enunciando algo que las reconstrucciones climáticas cuantitativas y rigurosas a largo plazo ya habían revelado: que el calentamiento del planeta que ocasionan los humanos hoy, no tiene precedentes desde hace milenios, apuntó Mann.
Agregó el científico que tal modificación es un recordatorio más de que las plantas y los animales padecen variaciones en sus comportamientos naturales, con el propósito de intentar mantenerse al día con un entorno en constante transformación.
En declaraciones a la agencia Associated Press, Shunji Anbe, de la división de observaciones de la Agencia Meteorológica de Japón, la cual empezó a registrar de manera metódica las fechas de floración en 1953, indicó que de acuerdo con su información este año los cerezos abrieron de forma más temprana que en las últimas casi siete décadas, lo que seguramente sea consecuencia del impacto del calentamiento global.
Anbe explicó que los árboles de cerezos son muy sensibles a las alteraciones de temperatura -cualquier perturbación puede anticipar o retrasar su florecer- y su florescencia puede aportar información importante para los estudios del cambio climático.
El registro de ‘Kyoto Cherry Blossom’ es increíblemente valioso para la investigación del cambio climático tanto por su duración como por la alta sensibilidad de los árboles a las temperaturas primaverales, expresó al Washington Post el científico e investigador de la Universidad de Columbia, Benjamín Cook, quien se especializa en reconstruir datos climáticos del pasado.
Cook, también científico físico de investigación en el Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA en Nueva York, añadió que desde el siglo XIX la tendencia de calentamiento global ya anticipaba el fenómeno de los cerezos, y parte es un efecto de “isla de calor” debido al aumento de la urbanización del medio ambiente durante los últimos dos siglos.
La doctora en Ciencias de la Tierra de la Universidad de Arizona y directora de la Red Nacional de Fenología de Estados Unidos, Theresa Crimmins, dijo que “otra preocupación clave es que la floración muy temprana puede provocar desajustes entre la presencia de flores abiertas y la de polinizadores que dependen de ellas como fuente de alimento. Las abejas son un polinizador clave para los cerezos, y si las abejas no estaban activas en el momento de la floración temprana de los cerezos, los árboles pueden haber tenido una polinización deficiente”.
Y Robert DeFeo, horticultor en jefe del NPS, apuntó que, de continuar este patrón, para 2050 los cerezos japoneses florecerán en febrero, por ello es probable que las fechas de floración promedio deban ajustarse para mantener la tendencia de floración más temprana.
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