La vida por temporadas
Por Gladys Villalobos*
En la víspera de un voluntario y anhelado viaje a Samara, un amigo manifestaba su eventual ansiedad ante todos los desafíos durante el traslado: varios trasbordos en diferentes países, los filtros migratorios, los tiempos de espera y con ellos, el reto que representan a nuestra paciencia y al sentido del humor cuando el cansancio impera durante 2 días de viaje.
Solo pude recomendarle que no visualizara el traslado como un todo porque sin duda se agotaría desde antes de partir. Que lo fragmentara en metas cortas, un paso a la vez. La suma de todos esos avances lo llevarían a su destino, una de las ciudades más antiguas de Rusia que lo estaría esperando con los brazos abiertos y escenarios hermosos al alcance de su mano. Le gusto a idea.
Él es un hombre optimista, angelado, de fácil interacción, amante de los viajes y de la gente. Tal vez, la larga lista de preparativos, sumado a los quehaceres cotidianos lo rebaso en ese momento. Apuesto qué en cuanto ingreso al avión, toda la pesadez desapareció.
Establecer metas cortas o delimitar los objetivos, me resulta muy amable para nosotros mismos. Observamos avances frecuentemente y la motivación se mantiene. Incluso traería a colación la mentalidad de vivir la vida por temporadas, así como las series populares: Friends, La Casa de Papel, Dark y esa otra que viene a tu mente. Vemos la vida de principio a fin, desde que nacemos, hasta el día actual. El habitar la cotidianidad con un enfoque de temporadas nos permitirá recibir, dar, comprender y vivir con más gratitud y desapego; aceptar el cambio, respetar la impermanencia.
Al apreciar nuestra vida de esta forma, como las populares series de televisión, le encuentro ventajas saludables: acotamos un tiempo de acción, no generalizamos nuestra vida. Entendemos que hay personas que llegan a nuestra vida y otras se van o cambian de rol en nuestra cotidianidad. Renovamos nuestras emociones o la “trama principal” del momento que estamos viviendo. Entendemos la evolución de la vida, de nosotros y de las personas que nos rodean. Sumamos nuevos escenarios.
Nos actualizamos, junto con nuestros deseos y necesidades. Con esta conciencia y en un entorno saludable, puedo compartirme con los demás con honestidad y seguir fortaleciendo relaciones. En mi época de adolescente coleccionaba gorras deportivas. Mi familia como gesto amable, se dio a la tarea de engrandecerla con regalos de sus viajes. Un día les hice saber que las gorras deportivas ya no seducían mi corazón. Ese gusto se fue junto con mi adolescencia.
Lo más importante, aprender a detectar y sentir cuando estamos llegando al final de una temporada porque de igual forma sentiremos la energía de un nuevo comienzo. Desde hace años procuro vivir con este enfoque. Te invito a hacer el ejercicio de dividir tu vida por temporadas ¿Te resulta útil o no? ¿Qué encuentras? ¿Te gusta o no?
“Lo Extraordinario de lo Cotidiano”, un espacio donde cada día es un motivo. Valoro tu tiempo.
*Cachanilla de nacimiento, comunicóloga de profesión, amante del cuerpo por vocación. Crecí análoga, me convertí digital. Asesora en Comunicación, Redactora de Contenidos, Fotógrafa. Mi sitio: gladysvillalobos.wordpress.com/ Contacto: [email protected]
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