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Incierto panorama navideño para productores de pavos

Una de las pinturas más reconocidas de Norman Rockwell, que se conoce alternativamente como “La Libertad del Querer” o “La Pintura del Día de Acción de Gracias”, muestra a una matriarca con un delantal presentando un resplandeciente pavo, mientras la familia se inclina ávida hacia el platón.

WASHINGTON. – La pandemia del coronavirus interrumpirá 50 años de un consumo creciente de pavo, amenazando con cambiar para siempre las tradiciones de los días festivos. La distancia social y los desafíos para viajar significa que habrá más reuniones pequeñas en este mes de noviembre, por lo tanto, habrá pavos de menor tamaño sobre la mesa que se cocinarán en casa, menos reservaciones en los restaurantes y un creciente número de hogares en donde simplemente no habrá pavo.

El cambio en la demanda de la proteína animal más comercial de la temporada está provocando un caos entre los productores, procesadores y vendedores al detalle de pavos que usualmente concretaban sus ventas meses antes de la temporada festiva.

En las 2 mil 500 granjas de pavos que hay en el país, los productores están tratando de pronosticar la demanda y programar el proceso, temiendo acumular demasiados pavos grandes y no el número suficiente de pequeños. Los operadores de las plantas procesadoras, que están argumentando que hay una oportunidad más pequeña para la faena y una mayor mano de obra en los rastros, están tratando de reducir la vulnerabilidad de sus empleados ante el brote de Covd-19 que ha arrasado las plantas procesadoras de aves de corral y de carne de res.

Los vendedores al detalle están tratando de basarse en tiempo real en las comidas para llevar, la venta del pavo por libra, partes de pavo o hasta productos en la planta para adaptarse a los cambios en la demanda.

En New Carlisle, Ohio, que se encuentra aproximadamente a una hora al norte de Cincinnati, Drew Bowman produce anualmente 70 mil pavos de campo en 145 acres en su empresa Bowman and Landes Turkeys. En un año normal, el 40 por ciento del negocio de Bowman se lleva a cabo en el mes de noviembre y diciembre para las cenas de los días festivos.

“Siempre estamos ansiosos antes de los días festivos, ya que es el período del año en que tenemos más trabajo, hasta ahora, y hay que hacer más cosas, los horarios son más largos y siempre hay cosas que pueden salir mal”, dijo Bowman. “Pero al igual que cualquier otra persona, éste ha sido un año con muchas emociones, con mucha incertidumbre y como dueño de un pequeño negocio no duermo por la noche preocupado por las consecuencias que pueda tener todo esto. Hay muchas cosas que desconocemos hasta ahora”.

Además de la temporada del Día de Acción de Gracias, las ventas de pechuga de pavo de Bowman se han evaporado, ya que ha disminuido la demanda de los colegios y otros clientes que venden comida al mayoreo. Las cancelaciones de las ferias estatales, los parques temáticos y los festivales del Renacimiento destruyeron el mercado de las piernas de pavo.

“Todo el modelo de nuestro negocio está construido alrededor de los pavos frescos. No estamos en el negocio de los pavos congelados”, dijo Bowman. Ellos cuentan con 10 parvadas, y reciben órdenes de compra con un año de anticipación para que semanas antes del Día de Acción de Gracias, las aves maduren dentro de un rango de tamaños.

Para los días festivos, Bowman usualmente cría 80 por ciento de hembras y 20 por ciento de machos, que crecen mucho más grandes –una hembra de tamaño mediano pesa 16 libras y los machos más de 20 libras–. La demanda será menor en este año, aunque se comprometió a hacer una división de género mucho antes de la pandemia, y no hay mucho que pueda hacer para disminuir el crecimiento de las aves, dijo.

“No pudimos prever que podría haber un cambio en las preferencias del consumidor”, dijo. “Y si estamos criando machos y los sacrificamos antes de tiempo, van a tener muchos huesos y no tendrán una apariencia apetecible. No tienen mucha carne en los huesos cuando son más pequeños”.

Cliff Pollard, fundador de Cream Co. Meats, una procesadora certificada como USDA que tiene su sede en Oakland, California dijo que en este momento el riesgo más grande para los productores de pavos es sacrificarlos. Las procesadoras de carne han atestiguado brotes masivos de Covid-19 en los últimos meses, provocando cierres, disminuyendo la velocidad de las líneas de producción y hasta la destrucción de animales vivos que no tienen en donde ser procesados.

Estados Unidos es el productor más grande de pavos en todo el mundo y es el exportador más importante, ya que el 10 por ciento de la producción se envía al extranjero, de acuerdo al Departamento de Agricultura de Estados Unidos.