No han sido pocos los escándalos en los que se han envuelto los diputados, desde iniciativas gandallas que violan la Constitución
Por Alfredo Alvarez
La figura de los diputados en BC es la imagen política más desgastada y criticada entre la gente, casi todos los miran como “levanta dedos” o “focas aplaudidoras” y se considera que los millones que se gastan al año (unos 700 en este 2020) son totalmente injustificados, la XXII Legislatura (con hegemonía panista) nos dejó con un sabor de boca amargo y rancio, pensábamos que no podríamos estar peor, pero los que integran el Congreso actual –con mayoría de Morena- nos ha dejado en claro que siempre podemos estar peor.
No han sido pocos los escándalos en los que se han envuelto los diputados, desde iniciativas gandallas que violan la Constitución, otras que golpean directamente el bolsillo de los ciudadanos, hasta actitudes autoritarias, fascistas, enajenadas e incluso muy sospechosas, parece que cada semana los señores diputados que hoy cobran en el Congreso, buscan la manera de cómo sorprendernos… para mal claro.
La llamada “ley gandalla” que permite a los diputados y ediles releegirse sin pedir licencia a su cargo, levanta sospechas de cómo se garantizará que no tengan las garras metidas en el presupuesto durante sus campañas.
Las iniciativas que han aprobado con velados aumentos a las gasolinas, a los negocios como restaurantes, comercios y hoteles, así como impuestos que han dejado que por ejemplo plataformas como Rappi decidan salir de la entidad o que Uber aumente sus precios; aún falta ver los negocios locales cómo van a solventar que se les obligue a pagar una licencia sanitaria inútil, amén del incremento a la gasolina derivado de otro impuesto indirecto.
Actualmente, luego de rechazar el matrimonio igualitario, los Diputados “cocinan” en sus oficinas una reforma al Poder Judicial que le quita toda autonomía, la inminente imposición de la reducción a la próxima gubernatura y recientemente el Plan energético que aprobaron fast track y que permite concesiones a 30 años para dotar energía al estado.
Nos quejábamos de Kiko Vega y sus diputados, pero ahora están peor, esta misma semana la Diputada Miriam Cano declaró que ellos no necesitaban socializar las iniciativas que se les ocurrieran, pues contaban con el respaldo de los ciudadanos; seguramente los ciudadanos queremos que nos llenen de aumentos y unos pocos se hinchen los bolsillos durante décadas.
Internamente, vimos la falacia que cometió el “incorruptible” Diputado Luis Moreno, que decidió dejar la Presidencia del Congreso para permitir la votación de la llamada Ley Bonilla 3 y prefirió encerrarse en una oficinita de 3×3 en la Subsecretaría de Gobierno estatal, la oposición ha señalado que la Coordinación de Morena ha tomado actitudes autoritarias y fascistas en su contra, argumentando que así como ellos lo padecieron antes, ahora les toca pagar a los partidos añejos, pero de una forma peor.
La oposición está desdibujara y muchas veces cooptada, amenazada o minimizada, hoy en día los diputados de la mayoría de Morena hacen lo que quieren, aprueban lo que quieren y con la mano en la cintura argumentan que lo “hacen por el pueblo sabio”, esperemos que ese mismo pueblo sabio se acuerde del rosario de abusos y violaciones a la ley que han cometido los actuales diputados en aras de “la cuarta transformación”.
* El autor es periodista con 25 años de carrera, ha encabezado noticieros en la televisión internacional; ganó el premio Nacional de Periodismo y ha sido académico, además dirige la página www.alfredoalvarez.mx.
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