Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Entre Los Surcos…

Intereses políticos vs producción 

Por César Villalobos López

En el campo bajacaliforniano, en especial en el valle de Mexicali están a la orden del día los golpes bajos, con descalificaciones y mentiras de aquellos que pretenden continuar medrando con supuestos liderazgos que, a lo largo del tiempo les han dejado buenos dividendos.

Algunos de esos dividendos económicos se han sumado a las carteras vencidas que hoy arrastran, en lo personal y sus representados, por lo que tratan de lograr sus objetivos a través de la presión a la que cedieron gobiernos de Acción Nacional.

El paso de charola, o de sombrero, entre los asistentes a eventos o gestoría, no ha sido ajeno a ninguno de los actos o convocatorias de quienes continúan sus promociones, independientemente de que algunos productores metidos a agro industriales han venido utilizando recursos de los socios para patrocinar a opositores a todo, incluyendo al ordenamiento del manejo y uso del agua.         

Desde luego que esos agroindustriales no dan paso sin huarache, debido a que su patrocinio les permite disponer de grandes volúmenes de agua para el riego de diferentes cultivos carentes de permiso, aprovechando las complicidades de directivos de módulos afines a sus intereses.

Entre los eternos liderazgos de manifestaciones, protestas, gritos y sombrerazos, se encuentran aquellos que por años han usufructuado los beneficios de las parcelas escolares, algunas con muy buenos rendimientos, pero que al momento de entregar cuentas presentan liquidaciones de otras con menor producción y de esa manera pagan menos a la Escuela o a los administradores.

Una gran preocupación de los generadores de carteras vencidas, año con año y cultivo tras cultivo, sin importar la variación de ciclo, es la realización de un análisis minucioso de la forma en que se han ido acumulando los saldos, incluyendo desviaciones de cosecha o disposición de créditos sin efectuar siembras o desarrollar el proyecto financiado.

Pero además tenemos la terquedad de dirigentes del Partido Revolucionario Institucional que, tratando de rescatar a uno de los pilares del sector agrario, a como dé lugar y con lineamientos desde el CEN de la CNC pretenden imponer como dirigentes a individuos desconocidos como campesinos, tal es el caso del Arquitecto Humberto López Barraza y de Arturo Gómez Michel, para solo mencionar dos.

A través de una serie de argucias y manipulaciones, han dado a la tarea de crear supuestas representaciones por ramas de producción, entregando documentos a incondicionales, sin tener el consenso de los productores y algunos de ellos con mala reputación por carencia de solvencia moral, así como de antecedes nada recomendables en materia económica.

Ahora están pretendiendo aprovechar esos membretes fabricados, además de lo que han llamado como filiales, para validar el nombramiento de López Barraza al frente de la Liga de Comunidades Agrarias, mientras los ejidatarios continúan repudriéndole y apoyando la gestión el profesor Luis Antonio Rodríguez Díaz, al frente de la agrupación.

También se han dado a la tarea de desconocer a quienes han estado al frente de los Comités Municipales, para nombrar a incondicionales, a los que pretenden utilizar para tratar de validar ls representación que los campesinos, los ejidatarios, los que producen, les niegan.  

La CNC alguna vez utilizó como punta de lanza a la Federación Nacional Agronómica y su filial en el estado para fortalecer su membresía, pero hasta lo que sabemos, la Agronómica ya es una Confederación autónoma, al margen de la agrupación creada por el general Lázaro Cárdenas del Rio.  

Sin embargo, dentro de la Agronómica de Baja California hay individuos muy reconocidos por su habilidad para promover y organizar festejos que, sin duda alguna les dejan buenos dividendos, pero que en la actualidad no han encontrado la respuesta del pasado.

La mejor muestra de la falta de respuesta de los patrocinadores, está en la recepción que le hicieron a Ismael Hernández Deras, con una ridícula presencia de campesinos, pero abultada con las “chulis” y las “gordis” del Sector Popular del PRI, a quienes hay que reconocerles su convicción partidista.