Centro histórico y contaminación
Más que rescate, de lo que se ha dado en llamar el centro histórico, necesita una reactivación económica, pero antes urge el ordenamiento de las diversas actividades comerciales y de servicios para eliminar la mezcolanza los distintos giros, incluyendo los establecimientos identificados como giros negros que abundan en esa zona.
Este proyecto, con otros nombres y diferentes propuestas ya fue acariciado por anteriores administraciones municipales, como la de Samuel Enrique Ramos Flores, quien puso oídos sordos a la propuesta de facilitar el trámite y servicios del Ayuntamiento, cambiando oficinas municipales, como recaudación, catastro y registro civil a edificios en desuso
La propuesta de la alcaldesa Marina del Pilar Avila Olmedo, es considerada como “uno de los proyectos torales del 23 Ayuntamiento de Mexicali, que busca regresarle a los mexicalenses sus espacios públicos y generar lugares más dignos”.
Ante el gobernador Jaime Bonilla Valdez, representantes de organismos empresariales y de la sociedad civil, la alcaldesa afirmó: “este proyecto contempla el rescate de espacios públicos, edificios históricos, construcción de pasajes, estacionamientos, así como rescatar las raíces de la cultura china que dio vida a Mexicali”.
También “regenerar espacios en torno a la catedral, uno de los edificios más emblemáticos del corazón histórico de Mexicali además de recuperar la belleza original de la arquitectura con la que fueron creados”.
Sin embargo, la contemplación de edificios históricos, su belleza arquitectónica, visitar los túneles del barrio de La Chinesca, o presenciar eventos culturales, no son atractivos suficientes para que sirven de gancho para regresar, a los mexicalenses, el interés por visitar esa espaciosa zona.
El centro comercial, ahora histórico, se fue muriendo, al igual que ha sucedido en todas las importantes ciudades del mundo, a partir de la dispersión de atractivos comerciales con la presencia de centros amplios, de fácil movilidad y amplios estacionamientos, como las muchas plazas que se tienen en esta capital, a partir de plaza Cachanilla.
El Cinema Curto, sin duda, tiene un valor histórico, pero más que eso despertó todo tipo de recuerdos, de todo tipo, entre los adultos y hasta de la tercera edad que, en sus mocedades acudieron a la sala cinematográfica con sus parejas o novios.
Para el resto de la ciudadanía y de los visitantes, solo es un espacio más con recuerdos, como podría ser cualquier otro museo cinematográfico.
No es que se pretenda denostar el proyecto de Marina del Pilar Avila Olmedo, ni el trabajo promocional de Carlos Torres, como presidente del Patronato para el Rescate del Centro Histórico, pero es necesarios que se bajen de la nube, pongan los pies en la tierra y analicen como van a realizar el ordenamiento comercial, el saneamiento ambiental y a modernizar la imagen urbana.
El proyecto menciona recate de estacionamientos, pero la realidad es que se requieren, no uno, sino varios edificios para proporcionar ese tipo de servicios, pues los pocos particulares que existen están saturados por quienes deja sus vehículos todo el día.
En la zona a rehabilitar existen dos o tres oficinas de dependencias del; gobierno federal de atención y servicios al público, pero quienes demandan de ellos tienen mucha dificultad para encontrar estacionamiento.
Otra preocupación de la actual administración municipal es el combate a la grave contaminación que afecta a la mayor parte de la población, especialmente al oeste y suroeste de la ciudad, como consecuencia de partículas arrastradas por los vientos, así como por la actividad nocturna de empresas que utilizan derivados del petróleo para la elaboración de los materiales que producen.
Sin embargo, todas las baterías del Ayuntamiento, a través de Protección Ambiental, se han enfocado hacia La Cachanilla, una empresa elaboradora de juegos pirotécnicos, al igual que en contra de los asaderos de pollo y carne, identificándoles como responsable de la gran contaminación.
De paso el director de Protección Ambiental del municipio descubrió que los centros de verificación vehicular no contribuyen a la reducción de la contaminación, pronunciándose porque pase al área municipal el control de estos negocios.
La pregunta seria, ¿entonces de qué sirve la pérdida de tiempo y el pago de la cuota que por el servicio pagan los automovilistas?
Si lo sabía desde era funcionario estatal, ¿Por qué no puso el remedio en ese momento?
También están muy preocupados por la trabajar para disminuir la contaminación de las aguas del Rio Nuevo que, del valle de Mexicali se derivan al valle Imperial y que finalmente llegar al Mar Salton.
Lo que les olvidó mencionar como contaminante son las quemas agrícolas, pero posiblemente tengan razón en omitirlo, de lo contrario tendrían que ver la contaminación rural alrededor de los grandes corrales de ganado.
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