El Estado ha iniciado su putrefacción
Por Ricardo Valenzuela
Durante años los críticos honestos de los gobiernos de México se han dedicado a cuestionar las diferentes administraciones no solo por sus acciones que nos colocan en ese limbo que tanto comentara Milton Friedman, en algunos casos también a su falta de acciones, en especial, en lo que debería ser su prioridad; la protección de vida, libertad y propiedad de los ciudadanos. Sin embargo, siento que hemos fallado miserablemente al no ocuparnos de la emergencia de algo más grave que, con escandalosa realidad, apunta ya hacia el estadio de una fatal anarquía que dibuja un estado fallido. La inexplicable violencia que ya no permite la interacción de la sociedad sin que enfrenten ese cuasimodo mortal.
Pero el zenit de este infierno lo ha marcado lo sucedido en mi tierra (Sonora) hace solo unos días. El asesinato vil de 9 inocentes entre las cuales se cuentan mujeres, niños y, lo más diabólico, bebés de escasos 6 meses. Todos miembros de la familia LeBaron de colonias mormonas que durante más de cien años han vivido en el noreste de Sonora y noroeste de Chihuahua, ciudadanos de ambos países, México y EU, queridos, estimados y admirados por todos los moradores de los pueblos de esa región. Gentes que durante todo ese tiempo han traído civilización, progreso y desarrollo económico a los dos estados. Y ahora yacen asesinados por estos seres demoniacos. Y, más grave, hace poco Pancho Búrquez Valenzuela hizo una denuncia pública de las agresiones que la familia LeBaron sufría cuando les destruían cosechas, maquinaria, ganado, infraestructura. Claramente sicarios del estado de Chihuahua en sociedad con narcotraficantes. Nada hicieron gobierno estatal ni federal.
Los descendientes de hombres que durante muchos años tuvieron que luchar contra los sanguinarios apaches en esa región, dicen haber escuchado de las carnicerías que provocaban en los pueblos de Bavispe, Bacerac, Nacori, pero nada parecido a esto. Aun en los años 30 asesinaron a la familia de Francisco Fimbres degollándolos en su presencia, secuestraran a su pequeño hijo, y a él lo dejaran moribundo. El dedicaría el resto de su vida a la búsqueda de su hijo y cobrando venganza. En Marzo de 1931, encontraban el escondite de los indios en la profundidad de la sierra madre matándolos a todos y arrancarles sus cabelleras. Los Babispeños piden; “Eso deberían hacer con estos demonios, colgarlos y arrancarles sus cabelleras como lo hizo Pancho Fimbres”.
La violencia se ha adueñado del país y cabalga impune por toda la geografía nacional como los jinetes del apocalipsis. La advertencia que hiciera JD Davision en 1997 se ha hecho una aterradora realidad. La nación-estado ha iniciado su descomposición y los modernos bárbaros libremente ejercen ya su poder. Narcotraficantes, nomenclaturas, agencias de inteligencia renegadas se han estado convirtiendo en la única ley de la tierra. Aun cuando la gente no lo perciba, han ya penetrado las organizaciones gubernamentales sin cambiar su apariencia. Ellos son micro parásitos que se alimentan de un sistema moribundo. Tan violentos e inescrupulosos como un estado en guerra, emplean tácticas de violencia y destrucción similares.
Se han organizado y ya no dependen del viejo control central y los esfuerzos para controlarlos son nulos. El surgimiento de la actividad criminal y violencia dentro de las estructuras estatales se ha convertido en una exitosa sucursal, a medida que el mundo se transforma. Y en este colapso ya visible del estado está ya dominado por estos bárbaros de trajes finos y corbata. Los hombres encapsulados ya no son seres del espacio, sino criminales acomodados en puestos oficiales estableciendo alianzas fuera del orden constitucional. El fin de una era siempre han sido periodos de una gran corrupción y cuando los amarres del viejo sistema mueren, el ethos social muere con ellos en un ambiente en el que gente en los altos niveles combinan su propósito público con actividad criminal privada.
Es difícil saber lo que sucede porque los canales de información están comprados y no dan versiones honestas para entenderlo. Una persistente ola de información manipulada que disfraza su caída es el perfil típico de la descomposición de las entidades políticas. La media corrupta nunca dice la verdad. Algunos representan los partidos del pasado. Otros permanecen ciegos por el anacronismo ideológico comprometido con el socialismo y con el estado. Algunos han entrado en pánico y no revelan la corrupción que cada día crece y aporta a la a la pudrición del estado, porque no tienen el valor requerido para esta tarea. Otros son invadidos por el temor de perder sus trabajos y otro tipo de consecuencias. Y, por supuesto, no podemos esperar que reporteros y editores sean ajenos a la corrupción. Muchos tienen otras motivaciones, incluido su interés para apoyar el agonizante sistema, y rápidamente ubican al frente su interés al de su obligación de dar información honesta.
Desde Rusia hasta Japón y los EU, el crimen organizado es el factor más importante en la operación de las economías que lo que nos informan los medios. Lo que los sicilianos llaman “sistema del potere”, el sistema de poder del crimen organizado tiene un creciente papel determinando el funcionamiento de las economías. Los sindicatos del crimen organizado han tenido participación al financiar sangrientas guerras alrededor del mundo. El 80% de la heroína que llega a España ha sido labor de guerrillas en sociedad con residentes pakistanís en Madrid. Esas organizaciones han deprimido precios de otros productos. Lavan su dinero vendiendo productos ordinarios por abajo del costo y envían a muchos comerciantes honestos a la quiebra.
México es un indefendible ejemplo y lo describe la carta de renuncia de un honesto funcionario de la Procuraduría: “Nadie puede establecer un proyecto político en el cual las cabezas del narcotráfico y sus financieros no sean incluidas. Las jefaturas de policía son un tan atractivo arreglo que los aspirantes pagan hasta $5 millones de dólares para lograr su nombramiento. Y los narcotraficantes gustosos pagan esa extorción gubernamental en todos los niveles, porque con ello compran protección, impunidad y la libertad para seguir operando”. He ahí la desgracia del país.
Las sociedades robustas siempre han surgido sobre bases morales. La historia económica nos muestra esa relación entre moral y factores económicos. Países y sociedades que logran éxito en su desarrollo, en parte es porque tienen una ética que promueve virtudes económicas como auto dependencia, trabajo, responsabilidad social, altos niveles de ahorro, integridad y honestidad. Ahora se impone una profunda reflexión. Los inocentes asesinados en Sonora hace unos días, miembros de la familia LeBaron, eran esposas e hijos de esos hombres tan escasos que llenan el perfil de miembros en sociedades morales, éticas, independientes, honestos, trabajadores que ahora están siendo asesinados por la peor de las escorias que se adueñan del país. Eso es lo que anuncia la pudrición del estado. ¡Pobre México!
@elchero
WhatsUpp (520) 885-8541
Más historias
Entre Bancos, Empresarios, Políticos, .. y otros temas
Entre Los Surcos…
Astillero…