El primer pensamiento
Por Gladys Villalobos*
¿Qué pasa con el ser humano que su oficio, profesión o condición de vida no le brinda acceso a información de esta naturaleza? Me refería la semana pasada en relación con los trastornos de salud mental, los signos de alerta que nos denotan que nuestra mente necesita atención especializada ¿Cómo saber que nuestro actuar y pensar nos aleja de una vida saludablemente en equilibrio?
Un día nos levantamos, nos ponemos en acción y salimos al mundo a trabajar, estudiar, a convivir. Vivimos nuestro cotidiano y en él hay acciones, hábitos, pensamientos que forman parte de nuestra realidad, están en nuestra mente. Hemos vivido con ellos, tal vez se fueron colando tan sigilosamente que no los detectamos y en el mejor de los casos, los reconocemos como nuevos inquilinos.
Cómo saber cuándo parar, cuando tomar acción. Considero que cuando tenemos la lucidez para detectar una condición que requiere atención en nosotros, ya estamos a la mitad de la sanación ¿qué sucede cuándo la conciencia no empata con la objetividad?
Afortunadamente cada vez existe más información a la mano, más profesionales de la salud mental comprometidos a poner a disposición sus conocimientos, sus servicios. Asociaciones, grupos grandes, pequeños, locales, nacionales que trabajan a favor de preservar la salud mental, promover la calidad de vida y la atención preventiva.
A la par también la ignorancia, la crueldad y los prejuicios sociales se mantienen. “Es bipolar” acompañado de una carcajada, es ocasional escuchar cuando se refieren a alguna persona voluble ¿y si en realidad si lo fuera y no lo supiera? Tampoco sabemos en qué momento esa persona puede sacar a la luz su lado más obscuro, entiéndase violento.
Anular la tristeza, por temor a reconocer que nosotros o nuestro ser querido transita por una depresión es habitual. Frases como “No te sientas triste” son comunes cuando tal vez podría resultar más efectivo un “¿Qué puedo hacer por ti?”
Viviendo en la Ciudad de México he visto gestos admirablemente humanos y solidarios en el transporte público y también todo lo contrario. En ocasiones cuando voy acompañada de un media centenar de personas en un vagón del Metro me descubro vulnerable al entorno. No tengo ni la menor idea de quién va a mi lado, su historia, su mente, su primer pensamiento del día, sus demonios o sus bondades.
Ante esto, a la fecha me vivo cada día con la convicción de hacer el bien, vivirme con respeto por la ciudad, sus reglas, sus habitantes; de la misma forma soy correspondida. Con la confianza de que la vida tiene un orden perfecto, me envuelvo en una “Luz Dorada” y salgo a vivir la mejor versión posible de mí.
“Lo Extraordinario de lo Cotidiano”, un espacio donde cada día es un motivo. Valoro tu tiempo.
*Cachanilla de nacimiento, comunicóloga de profesión, amante del cuerpo por vocación. Crecí análoga, me convertí digital. Asesora en Comunicación, Redactora de Contenidos, Fotógrafa. Instructora 450PMA Pilates/ 200RYT Yoga. Mi sitio: gladysvillalobos.wordpress.com/ Contacto: [email protected]
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