“Perros del mal”
En los ranchos, o en los pueblos sureños, resulta común como agreden y hasta dejan sin vida a un perro sin dueño, o desconocido, con el solo hecho de identificarlo como “un perro del mal”.
Generalmente estas versiones surgen de algún pequeño, o de un adulto que observan, en el animal, un comportamiento no común, como consecuencia de la falta de agua, de alimentos o cansancio.
“Cuidado, es un perro del mal”, dicen unos, mientras que otros lo señalan como perro con rabia”, para el caso es lo mismo.
Al final, los resultados son los mismos, cuando los niños o los celosos adultos de la seguridad del pueblo inician los ataques con piedras, palos y cualquier objeto, generalmente hasta que le quitan la vida al animal.
“Muerto el perro, de acabo la rabia”, dice la conseja popular.
Sin pretender hacer una defensa de Francisco Arturo Vega de Lamadrid, quien no logró ser “el mejor gobernador que jamás haya tenido Baja California”, aspiración difundida durante su campaña de proselitismo, creo que le sucedió lo mismo.
Los motivos de los señalamientos de corrupción, fueron muchos y muy variados, empezando con la equivocación al formar su equipo de trabajo, el fuego amigo e interese políticos, sin faltar aquello que nadie perdona el éxito ajeno.
En el campo, salvo la atención a los engordadores de ganado, le hicieron creer que todo iba de maravilla y hasta le convencieron de lo que, los productores catalogan como “elefante blanco”, especialmente por las suspicacias sobre el monto de la compra de los terrenos de mala calidad, para un campo experimental.
La manipulación de una manifestación contra los gasolinazos en el gobierno de Enrique Peña Nieto, para identificar, como inconformidad, a un error de sus funcionarios que pretendieron elevar el costo en el servicio de suministro de agua a las poblaciones, fue un detonante a los señalamientos que la falta de oficio político de sus operadores, incapacidad de sus comunicadores y relacionistas.
Pero si a todo eso le suma el hartazgo de los ciudadanos a la presencia de Acción Nacional en el gobierno de Baja California por tres décadas, se le convierte en blanco fácil de las críticas y denostaciones.
Desde antes de iniciarse la campaña del 2018 arreciaron los señalamientos, se incrementaron en la contienda del 2019, pero se recrudecieron tras el triunfo de Jaime Bonilla Valdez, a grado tal que seguramente seguirá siendo referente de corrupción durante el mandato del nuevo gobernador.
El tiempo nos dará la razón, a menos que estemos equivocados.
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