Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Barreras a la libre importación de autos son inmorales

“El libre comercio tiene bases morales: los mexicanos tienen derecho de usar los frutos de su trabajo como quieran, y esos frutos incluyen intercambiar donde quieran y en los términos que escojan.”

Por Miguel A. Cervantes

Desde hace 3 décadas se vive en México un dualismo, por un lado, se habla de la globalización, de las comunicaciones internacionales, que somos una aldea global, que estamos interconectados con el mundo. Por otro lado, se vive el proteccionismo en vida cotidiana, escuchamos que se debe proteger la industria automotriz de la competencia extranjera, y que es necesario sacrificar el comercio de ciertos ciudadanos para fomentar el desarrollo nacional. Las diferentes administraciones no han sabido responder con claridad a este problema. Las diferentes administraciones han visto como una disyuntiva entre equilibrar entre los propietarios de procedencia extranjera y no afectar a la industria nacional, mostrando claramente ignorancia en el tema, cayendo en un vulgar utilitarismo, donde la ética y la moral se miden como una acción costo-beneficio, no porque una acción sea justa en sí misma. Parafraseando a Carlos Castillo Peraza, es un sometimiento de la ética al juego político.

Además de las cuestiones morales y éticas, las diferentes administraciones han ignorado que México es el 3er exportador de autos, primero en tráileres, y primero en autopartes. Por lo tanto, la libre importación de autos de procedencia extranjera no tendría ninguna incidencia en la producción nacional. Se ignora que el libre comercio es bueno desde el punto de vista económico, social pero también del punto de vista de la moral.

Los economistas consideran que el libre comercio genera más bienestar que cualquier sistema que restrinja los intercambios libres. Un argumento irrefutable es que el libre comercio tiene bases morales: los mexicanos tienen derecho de usar los frutos de su trabajo como quieran, y esos frutos incluyen intercambiar donde quieran y en los términos que escojan. Ningún gobierno, ni pseudoempresarios deben decidir por los demás a través de la coerción, ni el capitalismo de compadres.

La oposición al libre comercio es subóptima, coercitiva, agresiva, presupone actos de prepotencia y acciones inmorales de gobiernos y pseudoempresarios que se benefician del capitalismo de compadres.

La defensa del libre comercio no es fácil, y no es obvio para muchos. Observar la verdad es difícil para muchos dados la politiquería, el posmodernismo, y la demagogia. Desafortunadamente en el tema de libre comercio, la politiquería mata los principios de economía, epistemología, ética y la filosofía moral.

Es un problema que Marcur Olson y Daniel J. Ikenson han escrito, los beneficios del libre comercio están dispersos entre muchas personas, y a veces es difícil de cuantificar. El hecho que muchas personas puedan comprarse un vehículo de procedencia extranjera (es posible que el vehículo de procedencia extranjera tenga partes hechas en maquiladoras mexicanas) más reciente que si se comprara un vehículo nacional. Por ejemplo, una madre soltera que puede acceder a comprarse un vehículo de procedencia extranjera para su trabajo. Las personas que viven en pueblos donde el transporte público no llega. Familias que tienen personas discapacitadas pueden llevar a sus familiares en un auto en vez de batallar tanto en transporte público no adaptado. Todos esos casos son beneficios que ayudan a las familias, pero es difícil cuantificar.

 Al comprarse un vehículo de procedencia extranjera ahorran dinero, y les puede dar una oportunidad de ser herramienta de trabajo. Sin embargo, la madre soltera, el agricultor, la familia con discapacitados no tiene acceso VIP al gobierno, no se relaciona con el gobierno. Los distribuidores de autos tienen acceso al gobierno, tratan de influenciar en todos los partidos y constantemente cabildeando políticas para frenar el libre comercio de autos, a través de decretos, barreras no arancelarias.

La falta de organización de los dueños de autos de procedencia extranjera, la ignorancia del tema de la población y la concentración de las ganancias excesivas de los distribuidores de autos que obtienen por restringir la libre importación y el libre mercado crean una lucha desigual. Lo que es peor, el mismo gobierno absorbe el discurso de los distribuidores de autos y lo hace suyo. El gobierno mismo se convierte en administrador de los negocios del capitalismo de compadres. Da rabia ver que no se escuchan a los dueños de autos de procedencia extranjera, pero los distribuidores de autos sí tienen acceso VIP a funcionarios gubernamentales.

Las barreras al comercio aumentan los costos para los consumidores de las importaciones. El libre comercio reduce los costos y aumenta el poder de compra.

El proteccionismo en este caso beneficia a un grupo selecto de distribuidores de autos que se benefician con el capitalismo de compadres (no hay que olvidar que la mitad de los autos nuevos de agencia son importados) a expensas de muchas personas de bajo ingreso, pequeños empresarios, estudiantes, campesinos, familias con personas discapacitadas. Las barreras al comercio impiden la creación de riqueza, y son una piedra de tropiezo para el desarrollo de pequeñas empresas.