Lo más vívidamente posible
Por Gladys Villalobos*
“Volverte integrado significa madurar, aprender a ser más adulto, volverte más lúcido con respecto a ti, aprender a manejarte a ti mismo. Es hacer que todas tus energías y las diferentes partes de ti vayan en la misma dirección. Significa ser capaz de completar las cosas hasta el final y en especial, significa aprender que tus acciones tienen un efecto en el mundo” nos dice Subhadramati en su libro “No se trata de ser bueno”
Madurar lo suficiente como para darnos cuenta de que somos parte del mundo y que nuestras acciones u omisiones tienen un efecto, es en ocasiones mucho más importante que el saber comunicarnos con los demás, a pesar de lo indispensable que es esto último.
Hoy recibes una invitación a una fiesta o celebración. Tal vez hayas desarrollado ya el hábito inglés de confirmar tú asistencia o tal vez, aún no. Al último minuto algo sucede que te impide ir, te surge un plan más tentador o simplemente perdiste las ganas de asistir ¿escribes al anfitrión para avisar que nos asistirás? mejor aún, y como era la vida antes del whatsapp ¿le llamas por teléfono para hacerle saber de tu ausencia?
Todos en algún momento, hemos fungido como anfitriones, sabemos lo que implica recibir a nuestros invitados, todo el proceso de planeación de un festejo o evento no importa la magnitud, el tiempo de conllevan los preparativos es valioso. Hay una expectativa, una inversión, un esfuerzo por parte de los organizadores para recibirte y atenderte. Quien te extendió una invitación pensó en ti para que fueras parte de un momento en su vida.
Subhadramati nos invita al siguiente ejercicio: Cierra tus ojos y trae a tu mente, lo más vívidamente posible, algo malintencionado que hayas hecho recientemente. Observa tus sensaciones corporales y lo que pasa por tu mente. Abre tus ojos y escríbelo. Cierra los ojos y trae a tu mente, lo más vívidamente posible, algo amable o generoso que hayas hecho recientemente, sin importar la dimensión de tu acto. Observa tus sensaciones y lo que pasa por tu mente. Abre tus ojos y escríbelo.
Ante este ejercicio, la gran mayoría de las personas manifiestan que en el primer ejercicio se sintieron tensos, contraídos, avergonzados, temerosos o aislados. En el segundo ejercicio, el resultado fue en la gran mayoría el sentirse cálidos, orgullosos y tranquilos.
Integrar mis actos conmigo puede parecer sencillo y obvio. El dedicarle un momento a la reflexión e introspección me permite desarrollar una experiencia directa de la relación que hay entre mis acciones y sus consecuencias. Me permite explorar la empatía y la conciencia sobre la forma en cómo actuó en la cotidianidad. Más allá de los hábitos, el carácter, la personalidad, la reflexión sobre mis actos tiene un efecto en mí y actúa como una guía natural para tomar responsabilidad.
Ser humano es uno de roles cotidianos que en ocasiones dejamos en segundo plano su mantenimiento, su atención. Como dice mi sabia amiga Laura Jiménez, “esto nunca acaba”, refiriéndose a la reflexión y evolución como seres humanos.
“Lo Extraordinario de lo Cotidiano”, un espacio donde cada día es un motivo. Valoro tu tiempo.
* Cachanilla de nacimiento, comunicóloga de profesión, amante del cuerpo por vocación. Crecí análoga, me convertí digital. Asesora en Comunicación, Redactora de Contenidos, Fotógrafa. Instructora 450PMA Pilates/ 200RYT Yoga. Mi sitio: gladysvillalobos.wordpress.com/ Contacto: [email protected]
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