Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Lo Extraordinario de lo Cotidiano

La convicción del deseo

Por Gladys Villalobos*

Rossana Cervantes es una artista. Grabados y esculturas son sus obras. Su talento y su sencillez son admirables. La calidez de su sonrisa hace juego con la amabilidad de sus maneras. Desde hace algunos años recibe en su casa a otras artistas o quiénes como yo, desean vivir la experiencia y aprender esta disciplina artística y sus múltiples técnicas. Cada martes abre las puertas de su hogar hospitalariamente para quienes desean ser parte del Taller “El Segundo Día”. Coincidimos en clase de yoga y un día surgió su invitación a participar.

Conocía el trabajo final, no tenía ni la menor idea del proceso creativo. Pacientemente me lo explicaba. No terminaba de entenderlo con claridad. Acudo a mi primera sesión en el taller, me presenta una “gubia”, me invita a balancear la luz y la obscuridad sobre el linóleum. Una experiencia nueva, una actividad artística que requería incluir en mi vida para nutrir mi creatividad.

¿Hace cuánto tiempo que no inicias una actividad nueva, un proceso de aprendizaje, una nueva aventura, algo desde cero, desde la curiosidad infantil o desde la convicción del deseo?

Días atrás compartía con mis alumnas de clase de Yoga lo intimidada que me sentía cuando inicie mi formación de 200 horas como instructora de esta disciplina. Justo acababa de cumplir 40 años. Fue todo un reto personal deshacerme de telarañas mentales y de pensamientos tiranos. Me avasallaba la edad, mi complexión media, mis expectativas, mis demonios, mis pensamientos limitantes, la comparación.  Mí yo castrante pensaba “¿Por qué no hice esto a los 25?”. Definitivamente no estaba en mi momento más luminoso. La obscuridad preponderaba.

Considero que desaprender es uno de los primeros pasos para abrirnos a nuevas experiencias, a nuevas o diferentes versiones de nosotros mismos. Dejar a un lado creencias, etiquetas, expectativas y sobre todo abrazar nuestras nuevas inquietudes o deseos. Iniciar nuevos caminos sin un fin último, solo por ejercitar los nuevos comienzos y disfrutar el trayecto.

El día que impartí mi primera clase me sentía insegura, nerviosa. Estaba en un momento de mi vida en donde empezar era mi única opción. El tiempo ha pasado. La percepción de mi ha cambiado, mi seguridad ha vuelto, doy lo mejor de mí y de lo que sé, consciente que el camino del aprendizaje nunca termina y eso me resulta estimulante.

Hoy, día de mi cumpleaños, la fuente de inspiración son mis padres. Mi mamá, qué a sus 60 años, empezó sus clases de carpintería, de Flamenco y compró con regateos su primera computadora usada en “Santo Tomás”. Una eterna alumna, de curiosidad insaciable. Mi padre, periodista de vocación, de esos que traen en la vena el oficio. A sus 75 años, por convicción y por deseo, realizo todo el engorroso trámite burocrático y se tituló como Licenciado en Periodismo. Cincuenta años de experiencia laboral lo merecían y él también.

 “Lo Extraordinario de lo Cotidiano”, un espacio donde cada día es un motivo. Valoro tu tiempo.

* Cachanilla de nacimiento, comunicóloga de profesión, amante del cuerpo por vocación. Crecí análoga, me convertí digital. Asesora en Comunicación, Redactora de Contenidos, Fotógrafa. Instructora 450PMA Pilates y 200RYT Yoga gladysvillalobos.wordpress.com/ Contacto: [email protected]