Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Entre Los Surcos…

Con sombrero ajeno

Por César Villalobos López

Apicultores de Baja California produjeron durante la temporada 2018, un total de 52 toneladas de miel de abeja, según información del Ing. Juan Manuel Martínez Núñez,

Subdelegado Agropecuario de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural destacando que la mayor producción de miel se registró en los apiarios ubicados dentro del Distrito de Desarrollo Rural 002, Río Colorado –Valle de Mexicali-, con una producción de 29 toneladas.

Dijo que, en el Valle de Mexicali, se concentra el 42% del total de productores de miel de abeja de todo el Estado, con unos 123 aproximadamente, mientras que, en el Distrito de Desarrollo Rural 001, Zona Costa, que incluye los municipios de Tecate, Tijuana, Playas de Rosarito y Ensenada, se produjeron 23 toneladas de miel. El padrón de productores de esta zona, oscila en los 51 apicultores, concentrados en su mayoría, en las zonas rurales del municipio de Ensenada. 

Explicó que la miel que se produce en la entidad, es de gran calidad, por lo que es altamente demandada por la industria local para la elaboración de productos alimenticios para niños (paletas, bolis) así como para la elaboración de productos cosméticos (cremas), entre otros. 

Señaló que el 80% de la producción se queda en el Estado y el 20% se comercializa en el estado de California, Estados Unidos, principalmente.

 La comercialización del producto es una actividad que realiza directamente el productor con la finalidad de lograr una mayor rentabilidad económica de su actividad. 

El funcionario resaltó que el 90% de las 7,626 colmenas que existen en Baja California son tecnificadas, con el consecuente beneficio económico para los apicultores, al producir, miel de abeja sana e inocua, tal como lo exigen los mercados internacionales.

Sin embargo, los productores de miel están olvidados por la Secretaria de Agricultura por carecer de una Norma Oficial Mexicana que identifique la calidad del producto que se ve afectado por una competencia desleal de grandes empresas que venden  miel adulterada con fructosa, glucosa y melaza que se utiliza como alimento para ganado. 

Los productores de miel están en la misma situación de los trigueros del valle de Mexicali, porque al carecer de una denominación de origen o de una Norma Oficial que obligue la etiquetación el producto con su contenido real, para orientar debidamente al consumidor, por el contenido y no por el precio, seguirán en condiciones desiguales de competencia.

Esperemos que en la cuarta transformación, los funcionarios de la ahora SEDAR entiendan esta situación y protejan a los productores.

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