Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

NAICM “inconstitucional, muy costoso y de altísimo riesgo”

José Luis Luege Tamargo, exdirector de la Comisión Nacional del Agua. Foto: Germán Canseco.

Primera de dos partes

MÉXICO, DF (Proceso). – El Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), la obra emblema del sexenio de Enrique Peña Nieto, esconde numerosos efectos nocivos, uno potencialmente catastrófico: las inundaciones que afectarían a millones de habitantes del área metropolitana de la capital del país y del Estado de México.

Estudios hidrológicos y geológicos, realizados por técnicos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y que el gobierno de Peña Nieto ha desdeñado, advierten que los terrenos del vaso del ex Lago de Texcoco no son aptos para ninguna construcción, menos para una obra con las dimensiones del nuevo aeropuerto.

La zona lacustre tiene una función regulatoria de inmensos volúmenes de agua de lluvia y drenajes que ha impedido inundaciones de grandes proporciones en el área metropolitana, pero también es estratégica para evitar que siga el hundimiento del suelo –que en esa parte es de hasta 40 centímetros anuales y que afectaría inclusive a la infraestructura del NAICM.

“La propuesta específica para construir en el sitio el NAICM conlleva grandes riesgos hidrológicos para la propia infraestructura y para la ciudad”, alerta la investigación “Consideraciones hidrológicas y ambientales para el posible desarrollo de infraestructura aeroportuaria en el Lago de Texcoco”.

El documento, elaborado durante dos años por los expertos de la Conagua tras la decisión de Felipe Calderón de anteponer el proyecto aeroportuario a un gigantesco parque ecológico y recreativo, recomienda no edificar el NAICM en Texcoco, sino explorar otras opciones para realizar una obra que estima necesaria, como Tizayuca, Hidalgo.

“Seguir fomentando el centralismo puede llevar al colapso de varios componentes de la zona metropolitana que ahora se encuentran en una situación crítica, particularmente el control de inundaciones y el abasto de agua”, establece el estudio, fechado en 2011 y del que Proceso tiene copia.

La conclusión es rotunda: “La construcción del NAICM representa un alto riesgo para la ciudad en términos de inundación, y es incompatible con la vocación reguladora de grandes volúmenes de agua de lluvia y drenajes que tiene el vaso del Lago de Texcoco. Es igualmente incompatible con los servicios ambientales que presta el Lago Nabor Carrillo como refugio de aves migratorias”.

Los análisis fueron entregados por José Luis Luege, director general de la Conagua en el gobierno de Calderón, al equipo de transición de Peña Nieto, durante una reunión celebrada el 18 de octubre de 2012 con funcionarios encabezados por Gerardo Ruiz Esparza, actual secretario de Comunicaciones y Transportes, responsable del nuevo aeropuerto.

“Continuar con este proyecto representa un riesgo catastrófico para la ciudad”, ratifica Luege en entrevista, y afirma que el NAICM prevé también la destrucción del sistema “Casa Colorada”, una infraestructura de seguridad contra una inundación generalizada en la zona oriente de la Ciudad de México.

“¡Costó mil 600 millones de pesos, que se van a ir a la basura!”, revela, y explica que el proyecto contempla construir una de las pistas sobre la laguna de regulación y la planta de bombeo profunda del sistema “Casa Colorada”, obra que él hizo. “¡Si cae una tormenta se va inundar todo!”.

De hecho, tras los anegamientos de 2011 en los municipios de Ecatepec y Nezahualcóyotl, Estado de México, así como en delegaciones del Distrito Federal, como consecuencia de la tormenta tropical Arlene, los estudios de la Conagua prevén tormentas de mayores dimensiones, sobre todo por el cambio climático.

“A pesar de su intensidad, esta tormenta (Arlene) no tuvo el potencial de daño que se espera tenga una tormenta que ocurrirá en el futuro de acuerdo a las proyecciones estadísticas”, alerta la investigación de la Conagua.

El exfuncionario recuerda que, en la reunión con Ruiz Esparza, le hizo tal advertencia, pero él la desestimó y más bien lo quiso cooptar: “Yo le dije en la transición: ‘¡No quiero ser profeta del desastre, pero nos va a llevar la chingada a todos!’”.

–¿Y qué le respondió?

–Ruiz Esparza me dijo una frase que en lo personal más me ha molestado en mi carrera como político: “No, José Luis, dinos cómo sí”.

Pero “cuando una cosa es no, no se debe hacer y punto. Me querían contratar para que yo les dijera el know how (saber cómo) de la cuestión hidrológica. Le dije: ‘Yo te doy el know how de hacer las cosas bien y no una chambonada’. Entonces, el tema es muy grave, muy serio”.

Otra preocupación fundamental, expone, es el hundimiento del suelo, ya que, según los geólogos, si se coloca un kilo de peso, se va hundir entre 20 y 40 centímetros por año: “Este hundimiento es catastrófico para la infraestructura de la cuidad, tanto la civil de comunicaciones, carreteras, caminos, como toda la infraestructura de obra pública y de edificios”.

Continuará…

* Publicado en edición 2160, del 28 de enero de 2016, de Revista PROCESO, por ÁLVARO DELGADO. Reportero de Proceso desde 1994, Premio Nacional de Periodismo en periodismo de investigación y autor de tres libros.