Editorial…

Poder en disputa, freno al desarrollo

No cabe la menor duda que uno de los graves problemas del país, relacionados con el campo -y posiblemente ocurra lo mismo en otros sectores- es la ausencia de autoridad por la diversidad de intereses políticos, económicos o ambición de poder y mando, afectando el desarrollo del país y traicionando, en este caso al presidente Enrique Peña Nieto, pero lo mismo ocurre en los estados y en los municipios.
Viene esto a colación por la información publicada la semana anterior donde mencionamos “En veremos, los beneficios al trigo”, no por dudar de lo que el Secretario de Fomento Agropecuario, Manuel Valadolid Seamanduras anunció, confirmado después por el delegado de la Sagarpa, Guillermo Aldrete Haas, sobre los 4 mil 500 y los 4 mil 900 pesos por tonelada, sino por la incertidumbre sobre el mecanismo y la oportunidad en el pago.
Nuestra publicación, donde mencionamos que funcionarios de la Secretaria de Agricultura analizan la posibilidad de pagar el 50 por ciento del monto a cada productor en este año y el otro 50 por ciento con el presupuesto del 2018, eso sería del mes de abril en adelante, genero irritación en algunos funcionarios que dan la espalda a la realidad.
Para nadie es desconocido que ya con la publicación de las reglas de operación en apoyo de la cosecha algodonero del valle de Mexicali, se dio marcha atrás y se canceló el beneficio a las oleaginosas, con una nueva publicación en el Diario Oficial de la Federación. Manuel Quintero Meza y Genaro Lopez Bojorquez, entonces funcionario de ASERCA y delegado de Agricultura, deben de acorarse muy bien.
Alguien que conoce las tripas de la Secretaría de Agricultura nos indicaba la lealtad del secretario José Eduardo Calzada Rovirosa, al presidente Enrique Peña Nieto, mientras que otros funcionarios de alto nivel de la misma dependencia son leales a Luis Videgaray , encontrándose en el área administrativa de la Sagarpa, siendo ahí donde empieza el jaloneo y los obstáculos al titular de agricultura.
A nivel federal, como estatal, la improvisación de empresarios a funcionarios, no siempre da resultado y es que hay, quienes al llegar al cargo, se convierten en rehenes de sus colaboradores, porque una cosa es producir y otra promover y organizar a productores.