Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Editorial…

Ni veo, ni oigo

Lo que ha venido ocurriendo a lo largo y ancho del país nos lleva a recordad la trilogía del simio: ni veo, ni oigo, ni hablo, pero principalmente las primeras dos omisiones, cuando la ciudadanía hace reclamos o señalamientos a funcionarios y entidades gubernamentales, de los tres niveles.
En el valle de Mexicali, los empresarios de la construcción, con todo y su Camara Mexicana de la Industria de la Construcción, así como usuarios del agua de los módulos 10, 11 y 12 principalmente, se desgañitaron con reclamos que nadie escuchó.
Los reclamos de los primeros fueron por el direccionamiento de contratos a determinadas empresas y la exclusión de constructoras locales con experiencia, mientras que los segundos se quejaron y se quejan de la deficiencia, de los materiales y de la no conclusión de todas las obras que, ningún funcionario ha visto.
De las constructoras palomeadas y beneficiadas con contratos, algunas subcontrataron y poso o nada les importó calidad de los trabajos, menos de los materiales, total, el organismo de cuenca de la Comisión Nacional del Agua fue omiso en la supervisión de las obras.
En el pasado reciente, los funcionarios del organismo de cuenca aseguraban estar blindados porque atendían instrucciones de su jefe, el director de la Comisión, David Korenfeld Federman, de quien sus incondicionales aseguran que, con Ramirez de la Parra, “es la mano que mece la cuna”.
Esta versión tomó vigencia cuando ya destituido, o renunciado, Korenfeld Federman, vino a la S. de R.L. del Distrito de Riego Río Colorado, con Oscar Zepeda Beltrán como presidente y junto con directivos de la ANUR –Asociación Nacional de Usuarios de Riego- le entregaron un reconocimiento.
En la actualidad, las quejas y denuncias de constructores y usuarios se han desvanecido porque ni los investigadores de la Función Pública, ni del Organismo Interno de Control de la Comisión Nacional del Agua han encontrado irregularidades.
Lo que sí está vigente es el abandono de parte del gobierno federal, vía Comisión Nacional del Agua del mantenimiento de las llamadas obras de cabeza, como el la extracción de arena en la caja de azolve entre la presa Morelos y la represa Matamoros.
El daño a la actividad agrícola es incalculable por el obstáculo que representa para el flujo del agua hacia la red de distribución y es que la arena ha entrado al Canal Alimentador Central o Reforma, llegado hasta la represa Calabazas, en el ejido Pachuca.
En la represa Benassini se observa la elevación de la plantilla que obstaculiza el flujo del líquido.