Editorial…

Inseguridad por impunidad

Desde hace tiempo el amigo Teodoro Renteria Arroyabe ha venido documentando la serie de crímenes perpetrados en contra de personas en el ejercicio de la actividad periodística, creando una bitácora con fechas nombres y lugares en donde los periodistas, hombres y mujeres han perdido la vida.

Los gobernadores, los procuradores de justicia, los secretarios de gobernación y hasta los jefes de la nación han lamentado y condenado los ataques en contra de los periodistas.

En ocasiones han creado comisiones especiales para investigar y dar con los actores materiales y los intelectuales, pero nada ha ocurrido, quienes urdieron o participaron en la ejecución no han tenido castigo alguno.

En Mexicali, en la plaza de los tres poderes, en una manifestación, un grupo de periodistas hizo referencia a la escalada de violencia que se vive en el país ha subido cada vez más de tono desafortunadamente en todas las regiones de nuestro México, golpeando a toda la sociedad pero golpea más duro al periodismo y sobre todo a los periodistas comprometidos.

El artero y cobarde asesinato este lunes de Javier Valdez Cárdenas, en Culiacán, Sinaloa, la retención y robo a un grupo de periodistas en Guerrero de parte de parte del crimen organizado, y el asesinato de Miroslava Breach, en Chihuahua y a otros tres comunicadores en Veracruz, Baja California Sur y Guerrero.

En ninguno de los casos mencionados hay detenidos, lo que desafortunadamente abona a un clima de impunidad propiciado por la ausencia de resultados reales de las fuerzas gubernamentales, caracterizadas por la indolencia y la corrupción.

Los crímenes contra periodistas no quedarán impunes y se encontrará a los responsables, afirmó el presidente Enrique Peña Nieto, al anunciar, junto con los gobernadores del país y el cuerpo diplomático acreditado en México, la puesta en marcha de tres acciones para proteger a los periodistas.

Veremos que resulta