Entre Los Surcos…

Productores al garete

La ausencia de organización de los agricultores para producir, comercializar o transformar para dar valor agregado a las cosechas del valle de Mexicali, junto con el deshonesto revanchismo hacia los habilitadores y acopiadores cerraron las puertas de fuentes de financiamiento, reduciéndose la superficie triguera.

Sin embargo, directivos del Sistema Producto y del Comité Estatal de Productores de Trigo, ligados con intereses de empresarios semilleros continúan en espera de que se materialicen los beneficios ofrecidos por José Calzada Rovirosa, titular de la Secretaría de Agricultura, en presencia del gobernador Francisco Vega de Lamadrid.

La indefinición de las representaciones de trigueros les ha llevado a buscar gestoría de legisladores federales, primero de los de Acción Nacional y posteriormente de los priistas con Nancy Sanchez Arredondo a la cabeza, quien además de su presencia en diferentes reuniones, les cubre algunos gastos a los cachanillas.

La organización económica ha sido sugerida, desde su llegada a la delegación de la Secretaría de Agricultura, por el Ing. Guillermo Aldrete Haas, y más tarde por Manuel Valladolid Seamanduras, titular de Fomento Agropecuario.

Valladolid Semanduras, atendiendo las quejas de los trigueros ante el gobernador Vega de Lamadrid, puso a disposición de los trigueros un contrato para regular el trato financiero y comercial con los habilitadores y acopiadores, pero la necesidad de dinero por parte de los agricultores fue mayor y sin establecer precio a su cosecha, volvieron a firmar en las anteriores condiciones.

En el ciclo 2014/2015, acopiadores y habilitadores –seguramente hubo excepciones- pagaron lo que quisieron y cuando les vino en gana. Las protestas y quejas fueron letra muerta.

En el 2015/2016, los productores no se midieron, se fueron todo y vendieron el grano al mejor postor, entre ellos a dos empresas ganaderas que –dicen- no les pidieron factura, les pagaron en efectivo y a mejor precio que sus habilitadores.

En el 2016/2017, la superficie triguera fue menor y posiblemente por la devaluación del peso, los precios en moneda nacional resulten atractivos, aun cuando no satisfactorios desde el punto de vista remunerador o rentabilidad.